Los viejos aficionados en México dicen que “Con el beisbol empiezan las lluvias” y es que ciertamente el peor enemigo de los juegos de pelota aparece justo cuando arrancan la campaña de verano (que se juega casi toda en primavera) a mediados de marzo.
Más allá del clima, con la temporada se reinicia una tradición que se aproxima a las nueve décadas, que ha logrado superar el olvido y que de alguna forma siempre se las arregla para renacer.
Y es que en un país que tiene al futbol como su deporte nacional y con tantas distracciones para los aficionados como el boxeo, los toros, la lucha libre y hasta la transmisión de los partidos de beisbol de las Grandes Ligas en Estados Unidos, el juego de pelota nacional debe abrirse un duro camino para ganarse la atención de los fanáticos.
Por ello casi 70 equipos diferentes han desfilado desde 1925 en una Liga que tiene cupo sólo para 16 equipos divididos en dos zonas, la norte y la sur e incluso varias temporadas han debido jugarse con menos equipos ante la falta de presupuesto y garantías a jugadores.
Con 113 juegos por escuadra entre mediados de marzo y finales de julio y que enfrentan a escuadras de las dos zonas, el beisbol debe lidiar con la falta de seguimiento en televisión nacional y aferrarse al eterno apoyo de la radio, pues todos los equipos tienen una estación que los transmite todos los días ya sea de local o visita.
Éste es un deporte que se juega seis días a la semana y que sólo tiene los lunes como jornada de descanso, los equipos viajan constantemente y los menos favorecidos deben hacer grandes trayectos en autobús (basta con imaginar un partido de los Acereros de Monclova en Cancún ante los Tigres).
Pese a todo la Liga Mexicana de Beisbol de Verano es la única liga fuera de Estados Unidos en tener la denominación “AAA”, es decir, se encuentra afiliada a las Grandes Ligas y es un constante semillero de talento, incluso sus estadísticas y el seguimiento de cada juego puede hacerse a través del sitio de las Ligas Menores.
El equipo más ganador en la historia del circuito es el de los Diablos Rojos del México con 15 campeonatos. Ese número de conquistas lo hace ser, junto con los Naranjeros de Hermosillo (De la Liga de Beisbol del Pacífico que se juega a finales de año) el conjunto con más títulos en cualquier deporte profesional en el País; en el futbol el máximo ganador es el Guadalajara con 11 estrellas.
Los “Pingos” comparten la zona norte de la Liga con los Sultanes de Monterrey, los Acereros de Monclova, los Saraperos de Saltillo, los Vaqueros de la Laguna, los Pericos del Puebla, los Broncos de Reynosa y los Rieleros de Aguascalientes. Cabe destacar que estos últimos regresan al certamen luego de haber desaparecido.
El actual campeón es otro equipo histórico que debió mover su sede para sobrevivir e incluso estuvo cerca de desaparecer. Los Tigres de Quintana Roo fueron por décadas el acérrimo rival de los Diablos cuando ambos compartían el Parque Delta (hoy un centro comercial) y cuentan con 10 gallardetes.
Comparten la Zona Sur con los Guerreros de Oaxaca, los Rojos del Águila de Veracruz, los Petroleros de Minatitlán, los Piratas de Campeche, los Leones de Yucatán, los Olmecas de Tabasco y un equipo que está haciendo su debut en el torneo, los Delfines de Ciudad del Carmen.
Acudir a un estadio presenta todas las condiciones para ser una experiencia agradable y familiar. Se trata de escenarios pequeños que en su mayoría no rebasan los 10 mil asientos. Al contar todavía con porras y no con barras, la seguridad no es un problema y los costos para ver a algunos jugadores que probablemente estarán en un futuro cercano en Grandes Ligas es bajo.
En el Foro Sol para ver a los Diablos la entrada más cara atrás de Home vale 70 pesos y la más barata 10. El Estadio más caro de la Liga que es el de los Sultanes de Monterrey tiene un boleto de 300 pesos en una zona VIP aunque otras entradas a 20 pesos. En Nueva York la entrada más barata para ver a los Yankees en una zona con visibilidad parcial es de 15 dólares comprando por adelantado.
Quizá la única dificultad es que en el beisbol se sabe a qué hora comienza el juego, pero no cuándo termina, considerado los juegos entre semana cuando se debe trabajar al día siguiente.