A los 16 años tuve mi primera —y única— banda de rock. Yo era el bajista y aunque la verdad era medio tronco para ejecutar el instrumento, mis amigos eran grandes músicos, por lo que en conjunto no sonábamos nada mal. Sin embargo, el problema de nuestro grupo siempre fue el nombre y nunca pudimos encontrar una opción que satisficiera a todos. Las alternativas que barajamos en su momento —algo así como a mediados de los noventa— me dan tanta pena que me es imposible compartirlas aquí. Pero lo que sí puedo hacer es repasar las historias que me he topado de algunos de los nombres más icónicos de la música.
- Daft Punk
Hay veces en la vida que incluso una crítica negativa se puede convertir en algo tan provechoso como darle nombre a una de las duplas más importantes de los últimos veinte años. Tal fue el caso de Thomas Bangalter y Guy-Manuel de Homem-Christo, que en 1993 aún no se convertían en robots y se hacían llamar Darlin’. Un articulista de la revista Melody Maker describió el sonido del proyecto como algo “daft punky thrash” que se traduce en un “thrash bobo con influencias punk”. Tras leerlo Bangalter y de Homem-Christo renombraron la banda.
- Lana Del Rey
Las historias de éxito se construyen con base en la toma de buenas decisiones. ¿Qué hubiera pasado si Lizzy Grant se hubiera quedado con su nombre de pila en lugar de sustituirlo por el que la conocemos actualmente? El cambio sucedió después de una temporada en la que la cantante pasó mucho tiempo en Miami, hablando español y conviviendo con varios amigos cubanos. Decidió Lana del Rey porque le recuerda el “glamour que se vive en la costa”.
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- Vampire Weekend
Hace años el cantante Ezra Koenig quiso filmar su propia versión del clásico ochentero The Lost Boys, la cual estaría situada en la península de Cape Cod, uno de los destinos favoritos de fin de semana para los neoyorquinos adinerados. Aunque el proyecto nunca se realizó, Koening recicló el título del mismo para el grupo que sí le dio éxito.
- Depeche Mode
En algunas ocasiones la inspiración para nombrar a una banda puede estar literalmente en las manos de alguno de sus integrantes. En el caso de este legendario grupo inglés tomaron su nombre de la portada de una publicación francesa misma que se traduce como “Despacho de Moda”.
- Hello Seahorse!
Si uno recorre la historia de este conjunto capitalino es evidente la evolución por la que han pasado, desde las inocentes canciones del ...and the Jellyfish Parade (2006) hasta las complejas composiciones de Arunima (2012). Por eso no es extraño que su nombre no haga mucho sentido con la dirección que tomó el proyecto. “No tiene para nosotros ningún significado”, me dijo hace poco Denise Gutiérrez, voz del grupo. “Recuerdo que estábamos en la sala de un amigo (Julio, el primer guitarrista de la banda) soltando ideas y tomando unas cervezas. No tiene una historia muy romántica. Muchas veces se espera que esas cosas tengan un significado muy profundo. Pero aquí no lo hay. Solo es”.
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- Led Zepellin
Aunque nuestros amigos británicos digan lo contrario, muchos de ellos siguen viendo a los habitantes de sus excolonias como seres primitivos, aunque reconozcan su poder adquisitivo y empresarial. Esto en gran parte explica el por qué de la “falta ortográfica” en el nombre de una de la bandas inglesas más emblemáticas de la historia. El origen del mote viene de una adaptación al modismo “lead balloon”, que fue como Keith Moon (baterista de The Who) describió la idea de crear un supergrupo como el que terminaría siendo el cuarteto integrado por Robert Plant, Jimmy Page, John Paul Jones y John Bonham. Sin embargo, lo escribieron así porque asumieron que los gringos nunca darían con la pronunciación correcta, /lid/ en lugar de /lɛd/.
- Chvrches
Siguiendo sobre esa misma línea, me encontré por qué Chvrches, un trío del Reino Unido, escribe su nombre de esa forma. Los escoces quisieron evitar confusiones con todas las iglesias del mundo cuando la gente buscara su nombre en Google. El detalle se les ocurrió después de ver el arte que Amy Burrows propuso para las portadas de sus discos, en los que la tipografía hacía que las úes parecieran uves.
- Torreblanca
En los 80 muchas bandas de glam rock como Slaughter, Warrant y Bon Jovi nombraron sus conjuntos con los apellidos de sus líderes. Algo así pasó con este grupo del la Ciudad de México; en 2010 Juan Manuel Torreblanca me dijo: “Empezó como Juan Manuel Torreblanca y, de pronto, se nos hizo que mi apellido estaba raro, que funcionaba y que no era necesario buscar otro [nombre]; es una palabra que no nos molesta como suena. También porque hasta ahora todas las canciones en melodía y letra son en esencia mías”.
- Pearl Jam
El primer nombre que el grupo de Seattle eligió para bautizar su grupo fue Mookie Blaylock, en honor a un basquetbolista que los cinco miembros originales admiraban. Sin embargo, el exjugador no lo tomó como cumplido y los obligó a cambiarlo. Una versión errónea sugirió que tras el incidente, los miembros eligieron “Pearl Jam”, evocando una mermelada de peyote que hacía la abuela de Eddie Vedder, Pearl. En algún momento declararon que el origen real es solo una combinación de palabras pegajosas que funcionaban bien juntas. No obstante, a su primer disco sí le pusieron 10 porque era el número que usó Blaylock en su camiseta durante su carrera.
- Nine Inch Nails
En este caso, a Trent Reznor le gustó el acomodo gráfico y visual que formaba el acrónimo “NIN”. El nombre final fue solo para justificarlo y según él, éste no tiene ningún significado. Pero el tiempo le dio la razón y cuando vemos esas tres letras juntas, sabemos que nos espera una revolución sonora.