Tener una mala salud intestinal no solo te va a causar problemas de digestión, sino que puede causar todo tipo de problemas distintos. Cuando tu “Gut Health” no está bien, entonces puedes sentirte mucho más fatigado, inflamado y con problemas estomacales, puedes subir de peso con más facilidad, tener problemas para dormir, sentirte muy fatigado o incluso enfermarte más seguido porque tu sistema inmune también se ve afectado.
De acuerdo con Harvard Medical School, al intestino se le llama el “segundo cerebro”, ya que este y el cerebro están en comunicación constante, lo que hace que cosas como el estrés y la ansiedad afectan al intestino, y que los problemas en el intestino también puedan llegar a afectar cosas como nuestro estado de ánimo y el bienestar.
Y, cuando se habla de salud intestinal, todo tiene que ver con el microbioma, que está formado por millones de organismos y bacterias que viven en el intestino y que cumplen funciones esenciales en el cuerpo. Según explica Healthline, cuando tenemos un microbioma sano y variado, entonces podemos prevenir cosas como la diabetes, los desórdenes gastrointestinales y las enfermedades cardiovasculares, además de que la salud del intestino se ha relacionado también con ciertos desórdenes mentales, con las enfermedades autoinmunes y algunos tipos de cáncer.
Cuando sabes todo esto, entonces se hace mucho más evidente que cuidar de la salud intestinal es importante, y que empezar a seguir buenos hábitos para protegerla puede tener muchos beneficios.
¿Cuáles son los buenos hábitos para proteger la salud intestinal?
Aprender a manejar el estrés
De acuerdo con Healthline, el estrés tiene efectos negativos en muchas áreas de tu salud y de tu cuerpo, y eso incluye al intestino, que se ve afectado por las hormonas que se liberan cuando tienes un nivel alto de estrés o de ansiedad.
Los expertos dicen que es importante tener técnicas para manejar el estrés, no solo para el intestino, como la meditación, salir a caminar en la naturaleza, pasar tiempo con tu mascota, hacer ejercicio o cualquier cosa que te relaje.
Dormir bien
La falta de sueño te deja fatigado y sin energía, además de que puede dejarte en un ciclo en el que, a pesar de estar cansado, no puedes dormir bien. Además, dormir mal se asocia con todo tipo de problemas de salud, y se sabe que puede afectar a tu intestino, conducirte a aumentar de peso y a tomar malas decisiones en relación con tu alimentación.
Cuidar tu ritmo al comer
Muchas personas comen a un ritmo acelerado, sin poner atención y, a veces, sin masticar lo suficiente, y eso no es lo mejor. Según explica Healthline, lo que hay que hacer es masticar más lento y tomarnos más tiempo para comer con un poco de mindfulness, ya que esto reduce el riesgo de obesidad, diabetes y de tener problemas digestivos. Además de que ayuda a que seamos más conscientes de nuestras elecciones de alimentos, lo que también va a ayudar a las bacterias del intestino.
Tener una buena hidratación
La hidratación no solo es esencial para tu intestino, lo es también para tu cerebro, para tu piel y para cada parte de tu cuerpo. Estar bien hidratado también te da energía, te permite pensar con más claridad, no confundir el hambre con la sed y sentirte mucho mejor. También, según Healthline, aumenta la diversidad de bacterias en tu microbioma.
Elegir alimentos e ingredientes correctos
Hay alimentos que pueden ayudarte a proteger el intestino, mientras que otros pueden afectar negativamente. Por ejemplo, los alimentos altamente procesados y los que contienen mucha azúcar tienen un efecto negativo, mientras que hay alimentos que han demostrado tener un efecto positivo, como los alimentos fermentados y los que contienen probióticos y prebióticos.
El agua, la Kombucha, el kimchi, las frutas y vegetales, y el té verde son muy buenos para el intestino.