Las Azules es uno de los proyectos mexicanos más importantes de Apple TV+, es una miniserie que se basa en hechos reales y que nos lleva de vuelta a los años 70, con su moda, sus avances, su historia, sus estereotipos y sus problemas, para seguir a 4 mujeres que se convierten en parte del primer grupo femenil de policías en la Ciudad de México.
Protagonizada por Bárbara Mori, Ximena Sariñana, Natalie Téllez y Amorita Rasgado, Las Azules es drama criminal que gira en torno a 4 mujeres muy distintas, cada una con sus propias razones y motivaciones, que deciden cambiar sus vidas al registrarse como candidatas a policías, mientras un asesino en serie aterroriza a los habitantes de la ciudad.
En esta historia, el “Encuerador de Tlalpan” está atacando a mujeres y dejando sus cuerpos en escenas del crimen perturbadoras, lo que lleva a las autoridades a llevar a cabo un plan para “distraer” a los ciudadanos e intentar cambiar la narrativa, dándole a las mujeres la posibilidad de ser policías por primera vez en la historia.
Una ama de casa y su hermana menor, la hija de un oficial reconocido y una experta en el análisis de huellas digitales, se unen al grupo que llega a ser conocido como Las Azules, y son ellas quienes deciden hacer lo que las autoridades no estaban logrando, resolver el caso y evitar que surjan más víctimas.
Previo al estreno de Las Azules, en Apple TV+ (el 31 de julio), las protagonistas de la serie nos contaron sobre sus personajes, los uniformes y los elementos que hacen que esta historia de los años 70 siga siendo tan relevante en la actualidad.
Sobre lo que la serie nos enseña sobre el contexto actual y la lucha de las mujeres
Aunque la historia de Las Azules tiene lugar en los años 70, para sus protagonistas (y probablemente también para el público), es evidente que esta historia resuena con el contexto actual y con lo que millones de mujeres, y hombres viven.
Natalia Téllez, quien interpreta a Valentina, quien es una activista que lucha por la igualdad, Las Azules fue una manera de descubrir que hay muchas historias de mujeres que vale la pena contar y que deben dejar de ser ignoradas. “Aprendimos que hay muchísimas historias de mujeres que no han tenido ningún alumbramiento. Comentamos que lo único que salió en prensa de Las Azules en su momento fue lo de los uniformes, la foto de las minifaldas y las botas, lo cual me dio mucha tristeza. El discurso sobre las mujeres ha cambiado, pero sigue siendo en los lugares privilegiados. En el día a día las cifras de la violencia siguen siendo alarmantes. Creo que nos estamos acostumbrando y los estamos normalizados, pero Las Azules lo que dice es no, paremos ahí, estos no son números, son mujeres con historias, hermanos, hijos, sueños y la historia de todas viene de ahí. Estas mujeres son pioneras en el arte de ser un poco más libres”.
Pero, la serie también tiene un mensaje que busca inspirar y generar un cambio, resaltado la lucha de estas mujeres, pero también de los hombres que son parte importante de la historia.
“Una de las cosas que creo, al menos en mi caso, me inspiraron a contar esta historia es la relevancia que tiene en el 2024 hablar de historias donde tanto hombres como mujeres están intentando hacer cosas para hacer aceptados, cada uno tiene su propia historia y pienso que todos vivimos un poco así en nuestras sociedades, tratando de tener logros, victorias y reconocimiento por parte de la sociedad, de la familia, los amigos y del círculo social. Pienso que, de alguna manera, la historia de estas mujeres y de estos hombres dentro de la serie, van a inspirar mucho a aquellas personas que todavía viven con miedo de ser ellos mismos por lo que diga la sociedad y creo que es uno de los mensajes más poderosos de la serie, invitarnos a todos a ir en busca de nuestro verdadero ser, más allá de lo que nos han dicho que somos. Y que nunca es tarde para ir en busca de tus sueños”, dice Bárbara Mori, quien interpreta a María, una ama de casa cuya vida cambia cuando surge este nuevo cuerpo femenino en la policía.
Sobre la construcción de los personajes de Las Azules
Un elemento interesante de Las Azules es que pone sobre la mesa el tema del espectro del autismo, lo que es realmente y cómo en la década de los 70 no había una palabra para definirlo. Esto a través del personaje de Ángeles, interpretado por Ximena Sariñana.
“Para mí y Fer (Rovzar) era muy claro que no había otra manera de hacerlo, más que con mucha información, mucho respeto y, sobre todo, tratar de hacerlo lo más realista posible. Nos apoyamos con una fundación aquí en México que se llama Domus, que trabaja con personas que están dentro del espectro. Además de darnos toda la información que fuimos necesitando sobre lo que es, entrevistamos a muchísimas personas que están dentro del espectro a diferentes niveles y para mí fue muy interesante conocerlos. Lo que me llamó mucho la atención fue cuando llegamos a la parte de entrevistar a mujeres, nos enteramos de que es muy difícil llegar a un diagnóstico específicamente en mujeres, porque la presión que se les ejerce para comportarse de cierta forma y de ser adaptables, esa exigencia que tiene la sociedad hacia las mujeres de desarrollarse y presentarse de cierta manera, hace que llegar a un diagnóstico de autismo sea muy difícil. Eso fue muy alucinante y nos ayudó mucho a construir a una Ángeles que fuera realista, sobre todo en una época donde ese diagnóstico no existía. Eso era un diagnóstico mucho más parecido a la esquizofrenia o a la locura, no había un nombre para descubrirlo. Entonces, requirió mucha preparación, incluso una coach actoral que me ayudó a tomar las decisiones de cómo construir a esta mujer”, dice Sariñana.
En el caso de Mori, el proceso fue un poco distinto. Ella vivió con María antes de saber que interpretaría al personaje, y eso le permitió sentirse más conectada con ella.
Sobre su personaje, Mori cuenta que “empecé a escuchar de María y de Las Azules desde mucho tiempo antes de empezar a construir el personaje. Mi marido es el escritor, director y showrunner de la serie, entonces, mientras él escribía Las Azules, yo cocinaba en la cocina y escuchaba cómo iba a ser. Desde ese momento en el proceso, descubrí que María y yo teníamos muchas cosas similares, porque yo también siempre he buscado el perfeccionismo, por este miedo a no pertenecer, a no sentirme valorada ni siquiera por mí misma. Desde la creación yo me sentí muy identificada y resonaba muchísimo con la historia de María, pero después tuvimos la oportunidad de entrevistar a mujeres policías que fueron las primeras en 1971 aquí en México y eso me ayudó a entender la percepción de estas mujeres dentro del contexto de una sociedad ultra conservadora, donde los hombres dentro de la policía las marginaban mucho, no creían en ellas ni en sus capacidades”.
Como parte de su preparación, la actriz realizó un poco de investigación sobre los años 70 y el papel de la mujer en la sociedad de la época, esto lo llevó a leer The Feminine Mystique de Simone de Beauvoir, “un libro donde se pone todo el contexto de la época todo lo que atravesaba la ama de casa que quería ser esta mujer perfecta dentro de una sociedad que la limitaba a ser de cierta forma, lo que significaba ser mujer en esa época con todas sus limitaciones”. Además, la serie de Mrs. America de Cate Blanchett, que se desarrolla en la misma época, ayudó a tener un mayor entendimiento del contexto y de la sociedad.
Sobre los uniformes y lo que representan
Las primeras mujeres policías de México tenían que hacer su trabajo vestidas con uniformes inspirados en Jackie Kennedy, que no eran exactamente funcionales, y esos son los mismos que las actrices llevan en la serie. Estos uniformes que vemos en la serie, eran una réplica exacta de los originales, hasta el más mínimo detalle.
“Teníamos la ropa interior original de los 70s con unos calzones brillantes y de tiro muy alto y brasieres de pico, y ponerlo era un viaje en el que nos preguntamos cómo se construye una mujer, desde los calzones y el brasier, las medias”, dice Téllez. “Me lo ponía y me preguntaba por qué todo tiene que tener esta forma tan evidente, por qué la falda es tan corta, cuando mostrar algo habría sido muy mal visto. El uniforme representa este doble discurso que siempre se ha dicho a las mujeres, donde hay que ser sexual, pero no mucho, hay que ser inteligente pero no tanto, hablar, pero no tan fuerte. Este doble discurso donde no hay una manera cómoda de ser. Se tendrían que deconstruir tantas cosas para encontrarnos con un universo que femeninamente tuviera sentido. Es apabullante, se dice que es un mundo de hombres y eso significa que los valores y los símbolos de poder son masculinos y las mujeres nos alineamos a eso, y desde ahí hay una desconexión. Poner el uniforme era como leer toda la serie sin pasar las pupilas por el papel. Era pensar, de esto se trata, ya me entrenaron para ser policía, pero estoy en minifalda y tacones, no me puedo mover”.
Pero ese uniforme y su significado pueden cambiar dependiendo del personaje, de su experiencia personal y de la historia. Amorita Rasgado interpreta a Gabina, la hija de un reconocido policía, quien ve en el uniforme una oportunidad de cumplir un sueño.
“Para mí fue un poco distinto. Para Gabina, ella no pensaba en lo corto, lo incómodo. Gabnina cuando se vistió de azul y estaba frente a su papá, ella pensó que lo logró y eso es lo importante de esta serie, que muestra cómo cada una de estas mujeres se encuentra con este universo. Para Gabina, es una muestra de que lo logró, de que hizo lo que quiso y de que estaba donde debía estar y fue por su propio mérito. Verse en el uniforme frente al papá, fue algo bello y duro. Ella sabía que era policía. Estas cuatro mujeres se encuentran en el mismo mundo, pero reaccionan de manera distinta y tienen realidades distintas”, dice la actriz.
Sobre tener una serie sobre mujeres, escrita y dirigida por un hombre
Aunque siempre hemos tenido personajes femeninos complejos, interesantes y poderosos, es raro tener historias como estas, donde el foco está en ellas, en sus experiencias y su lucha, en especial cuando todo esto es escrito por un hombre, que en este caso se trata de Fernando Rovzar.
“A ellos son a los que se les llama aliados. Y no es solo interesarse por las historias, creo que Fernando tuvo la empatía y la sensibilidad hacernos sentir empoderadas en el proyecto, de darnos la posibilidad de abrirnos y de tener un ambiente donde nos sentíamos cómodas, arropadas y merecedoras. Creo que de eso se trata también esa deconstrucción que el feminismo está tratando de hacer. No es una guerra de géneros. Gente como Fer es muy valiosa y hombres que pueden entender, empatizar, sensibilizar y entender que no se trata de una guerra, sino de una historia en la que hemos estado muy vulnerables, y que es nuestro derecho y responsabilidad buscar una equidad. Fue maravilloso ver que un hombre me trajo una de las historias de mujeres más significativas de mi vida, y con ello cambió mi vida y mi carrera”, cuenta Téllez.
Por su parte, Rasgado agrega que “necesitamos más hombres sensibles, que piensen que podemos ser heroínas de nuestra historia. Yo me sentí así en este proyecto, de la mano de un hombre muy sensible, que además nos dio mucha libertad. Éramos las cuatro Azules más Fer, es la quinta Azul”.