Mucho antes de su relanzamiento en enero de 2024, era casi imposible desplazarse por Instagram sin toparse, al menos una vez, con el Piaget Polo 79, descaradamente opulento. Los precios de las versiones vintage estaban por las nubes y la vibra era aún mejor. El lanzamiento del Polo 79 en oro amarillo se sintió como un regalo divino, aunque su precio de 79,000 dólares causó un impacto entre los coleccionistas, que en teoría ya deberían estar curados de espanto. Ahora, la secuela ha llegado oficialmente: el Piaget Polo 79 en oro blanco.
El renacimiento de un ícono dorado
A pesar de su popularidad en redes sociales, las ventas reales del renovado Polo estaban lejos de estar aseguradas. “Todavía recuerdo vívidamente la sensación de incertidumbre en enero, justo antes del lanzamiento del Piaget Polo 79,” dijo Benjamin Comar, CEO de Piaget, en un correo electrónico. Pero el Polo 79 fue un éxito rotundo, generando tanto interés que una versión en oro blanco fue el siguiente paso natural para la marca. “Reinventar un ícono tan esperado fue un verdadero reto, pero el resultado superó nuestras expectativas. Tras el lanzamiento del Polo 79 en oro, lo primero que algunos clientes muy fieles pidieron fue la edición en oro blanco. Como probablemente sabes, fue bastante rara en los años 80 —se produjeron muy pocas—, así que decidimos que era el momento de continuar con este bello capítulo”.
Si pensaste que la versión en oro amarillo de este reloj era una locura, esta variación es aún más especial. Casi ningún Polo de la serie original se fabricó en oro blanco. Se estima que existieron menos de 200 unidades. Y dado que el original pesaba unos impresionantes 132 gramos de oro puro, quién sabe cuántos fueron fundidos para obtener ganancias rápidas y jugosas. Además, muchas de las versiones vintage en oro blanco llevaban con orgullo la palabra “quartz” en la esfera, haciendo referencia al movimiento de bajo costo en su interior. Aun así, los coleccionistas actuales estaban dispuestos a pasar por alto ese detalle con tal de hacerse de cualquier versión antigua del Polo que pudieran encontrar.
Un nuevo lujo para coleccionistas modernos
El ascenso del Piaget Polo se vio impulsado por un nuevo gusto por la extravagancia entre los coleccionistas. Después de años en los que los relojes deportivos de acero, austeros y minimalistas, dominaron el panorama, de pronto el mercado tuvo un apetito insaciable por esferas de piedra, cajas con joyas y diseños extravagantes —todo lo que define a Piaget—, al grado que la nombramos Relojera del Año de GQ en 2024. El par de lanzamientos del Polo 79 son como un postre irresistible: bloques masivos de oro que pesan unos ridículos 200 gramos.
Este nuevo Piaget Polo 79 en oro blanco corrige tanto la rareza del original como su movimiento de cuarzo. Los clientes que han estado buscando versiones vintage de la pieza ahora pueden solicitar una en su boutique local de Piaget. Y cuando finalmente llegue su Polo, no leerán “quartz” en la esfera: el nuevo P79 cuenta con el excelente movimiento automático de la marca, visible a través del fondo de caja transparente.
En un mundo libre de la tiranía de los relojes deportivos de acero, Piaget está posicionada como una gran ganadora. Además del Polo 79, la marca recientemente renovó y renombró el famoso reloj de forma cushion de Andy Warhol —el Piaget Andy Warhol “Clou de Paris”—. El año pasado, Alain Borgeaud, director de patrimonio de Piaget, describió al Polo original como una “joya que da la hora”. Ese sentimiento sigue siendo tan verdadero —y tan lucrativo— como siempre, casi cinco décadas después del lanzamiento original del modelo.
Artículo publicado originalmente en GQ US.
