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La aventura de los relojes Santos de Cartier comenzó en 1904, cuando el pionero de la aviación brasileña Alberto Santos-Dumont hizo una petición especial a su amigo Louis Cartier. Conocido por sus hazañas aéreas, Santos-Dumont necesitaba un reloj práctico que le permitiera cronometrar sus vuelos sin soltar las manos de los controles. Cartier respondió creando el primer reloj de pulsera para hombre, lo que marcó un giro decisivo en el sector, hasta entonces dominado por los relojes de pulsera para mujer.
En 1906, con el primer vuelo público de un aeroplano, el 14-bis, Santos-Dumont cimentó su lugar en la historia, y el reloj Santos comenzó a fascinar a la población, simbolizando la audacia de una época en la que la aeronáutica era la sensación del momento.
Relojes Santos de Cartier: pioneros de la relojería moderna
Diseñado inicialmente para satisfacer las necesidades de los pilotos en relojes de aviación, el Santos de Cartier era mucho más que un reloj utilitario. En 1911, Cartier comercializó este modelo con el nombre de “Santos”, una réplica del reloj creado para el aviador brasileño. Esta introducción supuso una revolución tanto estética como funcional en el mundo de la relojería.
En 1978, el Santos alcanzó un nuevo hito con su espectacular presentación en el aeródromo de Le Bourget. Su diseño único, con tornillos visibles, estilo art déco y combinación de oro y acero, lo volvió una pieza emblemática. El reloj se convirtió rápidamente en un símbolo de estatus, apreciado tanto por aristócratas como por hombres de negocios, como Michael Douglas, que luce un Santos de Cartier en la película Wall Street (1988), reforzando la leyenda de este reloj icónico.
Mientras que la otra leyenda de la casa de lujo el Tank de Cartier, que optó por un formato rectangular, la caja cuadrada del Santos es sin duda una de sus características más distintivas. En el momento de su lanzamiento, esta forma innovadora sacudió los códigos de un mercado dominado por las cajas redondas, dotando al reloj de un encanto visionario. Su atrevida geometría, suavizada por las esquinas redondeadas, confiere al Santos de Cartier una elegancia singular y atemporal, una sutil armonía que sigue cautivando a los entusiastas de la relojería de todas las generaciones.
La primera correa del Santos de Cartier fue de piel, un avance significativo en una época en la que los relojes de pulsera eran poco comunes entre los hombres. Más tarde, Cartier introdujo los brazaletes de acero, aportando un toque moderno y deportivo a este modelo clásico. Hoy en día, los modelos Santos –incluyendo los más recientes de la colección– están equipados con correas intercambiables, que permiten pasar fácilmente de la piel al acero, respondiendo así a las necesidades de los amantes de la personalización.
Algunos modelos de la colección Santos presentan una caja transparente, que revela el mecanismo interno del reloj como un precioso secreto delicadamente expuesto. Esta transparencia resalta el trabajo artesanal de los relojeros de Cartier, y cada engranaje parece danzar con elegancia. Esta sutil revelación confiere a estas piezas de alta relojería un aura de misterio, realzando su refinamiento y sofisticación atemporal.
Desde su debut, los relojes Santos de Cartier se ha consolidado como un accesorios icónicos y codiciados. Combinando elegancia e innovación, perpetúa el espíritu pionero de Alberto Santos-Dumont y la audaz creatividad de Cartier.
Hoy en día, el Santos de Cartier está disponible en multitud de versiones, desde modelos con diversas complicaciones hasta esferas esqueleto, y en diversos materiales como oro, platino y carbono.
Los 5 relojes Santos de Cartier imprescindibles
El reloj Santos-Dumont, de tamaño grande, personifica la elegancia relojera con su movimiento de manufactura de cuerda manual, calibre 430 MC. Su caja de acero con laca negro, embellecida por una corona circular perlada engastada con un cabujón de espinela sintética azul, revela una esfera negra con motivos cuadrados recubierta de laca translúcida. Los números romanos y las manecillas de acero en forma de espada añaden un toque clásico, protegido por un cristal de zafiro. En el fondo del reloj, la firma manuscrita de Alberto Santos-Dumont está finamente grabada, perpetuando la herencia de la aviación. La correa de piel de cocodrilo negra, con su hebilla de acero, completa esta muestra de refinamiento.
Precio aproximado: $145,000 pesos mexicanos.
El reloj Santos de Cartier Dual Time, un modelo de tamaño grande, se distingue por su sofisticado movimiento mecánico con doble indicador horario. Su caja de acero alberga una corona de siete paneles realzada por una espinela azul sintética en facetas. La esfera gris antracita satinada, iluminada con efecto rayos de sol, presenta un segundo huso horario mediante una manecilla de hora adicional alojada en un contador específico, acompañada de un indicador día/noche. Las manecillas en forma de espada de acero con acabado rodiado pulido, revestidas de material luminiscente, se despliegan bajo un cristal de zafiro. El reloj se entrega con un brazalete de acero con el innovador sistema de ajuste Smartlink, y una segunda correa de piel de cocodrilo gris, ambas intercambiables gracias a la tecnología QuickSwitch, y reforzadas por un broche abatible de acero.
Precio aproximado: $217,000 pesos mexicanos.
Este reloj Santos de Cartier, en un modelo de tamaño medio, combina con elegancia un movimiento mecánico automático 1847 MC con un diseño emblemático. Su caja de acero está realzada por un bisel de oro amarillo 750/1000, mientras que la corona de siete paneles se ve magnificada por una espinela sintética facetada. La esfera opalina plateada ofrece un refinado contraste con las manecillas de acero azulado en forma de espada, todo ello protegido por un cristal de zafiro. Este modelo viene con un brazalete de acero equipado con el sistema de ajuste SmartLink, así como con una segunda correa de piel de becerro, intercambiable gracias a la tecnología QuickSwitch, para una versatilidad total, según la ocasión.
Precio aproximado: $250,000 pesos mexicanos
El Santos de Cartier esqueleto, en modelo de tamaño grande, encarna la audacia y la maestría relojera a través de su movimiento mecánico manufactura de cuerda manual 9611 MC. Su caja de acero está adornada con una corona de siete lados engastada con un zafiro facetado, mientras que las manecillas en forma de espada de acero azulado vuelan sobre una esfera de zafiro, revelando una fascinante esqueleto en el que los puentes dibujan números romanos. Con un fondo de zafiro, el mecanismo se revela en todo su esplendor, ofreciendo a los conocedores una vista de las 138 piezas, incluidos 20 rubíes, que accionan esta obra maestra numerada individualmente. Este reloj, con una reserva de marcha de 72 horas y un volante que oscila a 28,800 alternancias por hora, se entrega con dos brazaletes, de acero y de piel de cocodrilo, que incorporan los sistemas SmartLink y QuickSwitch para facilitar su personalización.
Precio aproximado: $721,000 pesos mexicanos.
El Santos de Cartier en oro, de tamaño grande, representa el refinamiento a través de su movimiento mecánico automático 1847 MC alojado en una caja de oro amarillo 750/1000. Su corona de siete caras, también en oro amarillo, está adornada con un elegante zafiro facetado, mientras que sus manecillas de acero azulado en forma de espada se deslizan sobre una esfera opalina plateada, protegida por un cristal de zafiro. El conjunto viene con un brazalete de oro amarillo 750/1000 equipado con el sistema de ajuste SmartLink para un calce perfecto. Una segunda correa de piel de becerro con hebilla desplegable intercambiable de oro amarillo ofrece la versatilidad ideal, gracias al sistema de sustitución QuickSwitch, para pasar de un estilo a otro con elegancia natural.
Precio aproximado: $868,000 pesos mexicanos.
Artículo publicado originalmente en GQ Francia.
