Salud

Tu adicción al trabajo te está matando, pero así es como puedes bajarle dos rayitas

Pasar 24/7 pegado a los mails del trabajo no te hace más responsable, solo hace que tu vida sea cada vez peor.
Over wroked businessman resting with stacks of documents on desk.
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La adicción al trabajo es real y los psicólogos dicen que eso nos está arruinando la vida lentamente (por eso no puedes ver una película completa sin quedarte dormido, nunca sabes lo que está pasando en el mundo y no tienes tiempo para una relación).

Por alguna extraña razón que no queremos empezar a comprender, las jornadas laborales se vuelven cada vez más largas (a pesar de que todas las pruebas apuntan a que semanas más cortas nos hacen más productivos y mejoran nuestra calidad de vida) y ahora hasta presumimos que podemos estar en una fiesta y terminar una presentación de la oficina al mismo tiempo, y pensamos que eso es algo que nos hace mejores que los demás. No lo es.

Trabajar es necesario, de lo contrario seguirías viviendo con tus papás hasta los 45 (o debajo de un puente, es tu decisión) y tendrías que depender de su amor por ti para sobrevivir (o comer, o tener ropa). Así que, a menos que seas millonario, te ganes la lotería o tengas el toque de Midas como las Kardashian (y hasta ellas han trabajado para conseguirlo), no te puedes dar el lujo de no tener trabajo o de ser demasiado selectivo con tus opciones. Pero eso no significa que debas vivir para el trabajo o que tu adicción a responder mails a la mitad de la noche sea sana o esté justificada.

Pasar la semana entera, hasta los fines de semana, trabajando no te hace más productivo (no dejes que tu jefe usa las palabras “somos una familia” para convencerte de lo contrario, esa es una técnica de manipulación), eso solo te hace un adicto y, como con toda adicción, tiene algunas consecuencias muy negativas.

La psicóloga Emma M. Seppala Ph.D., escribió en Psichology Today que las investigaciones muestran que la adicción al trabajo daña tu salud física y emocional y tu bienestar, conduce a unas 120 mil muertes prematuras cada año (un fenómeno al que los japoneses llaman Karoshi), duplica el riesgo de sufrir depresión, estrés y ansiedad, disminuye la productividad y baja el rendimiento, aumenta los problemas de sueño (que hacen que seas todavía menos productivo) y afecta el rendimiento general. Además, también reduce tu capacidad de estar concentrado y poner atención, impacta negativamente a todos los que te rodean, tu vida familiar y personal, y eso a su vez perjudica tu trabajo y tus relaciones personales, así como la salud de tu familia. Esto definitivamente no es algo que se debe presumir o celebrar.

El problema es que, a diferencia de otro tipo de adicciones, la adicción al trabajo no es considerada algo malo. De hecho, en el mundo de hoy, es algo que se celebra y hasta se recomienda. Los jefes “miden” a los empleados por el tiempo que pasan trabajando (y no por sus resultados o efectividad) y hasta usan frases como “Jorge siempre se va tarde” para hacer que los demás se sientan mal o crean que no están haciendo lo suficiente, y eso debe para si queremos tener un ambiente más sano en el que el tiempo que pasamos sentados en una silla, o nuestra capacidad para responder hasta en el baño, no sea lo más importante.

Tener una adicción al trabajo te está arruinando, es la razón por la que vives estresado, por la que nunca pareces poder terminar tus pendientes y por la que tu familia se va de vacaciones y ya no te invita. Pero tiene una solución y hay unos cuantos pasos que, según Seppala, te pueden ayudar a encontrar un balance saludable, y sustentable, entre trabajo y vida personal.

Establece límites

Stapple dice que el 70% de las personas duermen con el teléfono a un lado de la almohada y eso significa que no se separan de sus responsabilidades ni cuando están durmiendo. Establecer límites y desconectarse del trabajo es esencial para aumentar la productividad y para poder separar lo profesional de lo personal, y eso puede tener efectos muy destructivos. Sabine Sonnentag, profesora de la Universidad de Manneheim de Alemania, encontró que las personas que no se desconectan del trabajo aumentan sus niveles de agotamiento y se vuelven menos capaces de lidiar con el estrés diario.

No tomes café para combatir el agotamiento

Escuchar a tu cuerpo es importante y si te dice que necesitas un descanso no debes “silenciarlo” con un shot del café más poderoso, a veces es necesario dar un paso atrás y respirar un poco. Salir a tomar el aire, separarte de tu escritorio o hasta pedir un día de salud mental te ayudan a recuperar tus niveles de energía y estar más concentrado.

La ansiedad no es un estado aceptable

La ansiedad seguro te da un rush de energía, pero los expertos dicen que, si no aprendes a tranquilizarte, lo único que estás logrando es llegar al punto de burnout y a dejar tu mente y tu cuerpo completamente agotados.

Toma tus días de vacaciones

Por vacaciones no nos referimos a trabajar desde el hotel o tu casa, las vacaciones son esenciales para poder recuperarte, así que los expertos recomiendan que te tomes unos días de vez en cuando, pero que lo hagas sin correos, llamadas secretas a la oficina y sin intentar terminar proyectos cuando los demás duermen.

Consigue un hobby

Tener un hobby te ayuda a ocupar tu tiempo en algo que te gusta y que despeja tu mente de todo lo que tiene que ver con trabajo y, al final del día, también es un método para sacar todo tu estrés acumulado.

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