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Los motivos de la pausa de aranceles de Trump: presión de los millonarios, caída de los bonos y desconcierto en las bolsas

elDiario.es

10 de abril de 2025 11:23 h

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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha vuelto a dar uno de sus giros inesperados en política económica. En 24 horas ha pasado de asegurar ante un grupo de congresistas que muchos países le estaban “besando el culo” y pidiendo negociar la reducción de los aranceles a ser él quién anuncie una pausa de 90 días sobre la imposición de tasas a una serie de países. En esta tregua no se incluye a China, a la que Estados Unidos elevó los aranceles al 125% como respuesta al contraataque de la potencia oriental con una subida de sus tasas a los productos estadounidenses del 84%. Los motivos de este cambio obedecen a las presiones de los multimillonarios por las pérdidas cuantiosas en bolsa, las ventas de bonos del tesoro y la caída del dólar que retiraban el carácter del valor refugio de la deuda y la moneda de EEUU y la imagen de caos interno en la Casa Blanca, con broncas públicas entre miembros del equipo de Gobierno de Trump por la política arancelaria.

El mensaje de Trump ha hecho que las bolsas de todo el mundo se disparen, pero la reacción de la Unión Europea ha sido la de responder con prudencia en un primer momento. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, tardó doce horas en pronunciarse sobre el volantazo de Trump. “Doy la bienvenida al anuncio de Trump de pausar los 'aranceles recíprocos'. Es un paso importante hacia la estabilización de la economía global”, expresó en un comunicado en el que reitera el compromiso de la UE con “unas negociaciones constructivas con Estados Unidos, con el objetivo de lograr un comercio sin fricciones y mutuamente beneficioso”.

Posteriormente, a media mañana, la Unión Europea ha anunciado que pausará 90 días la entrada en vigor de los aranceles que aprobó este miércoles como gesto a Donald Trump para dar una oportunidad a la negociación después de que haya suspendido durante tres meses el arancel del 20% a las importaciones europeas. “Si las negociaciones no son satisfactorias, entrarán en vigor las contramedidas”, ha expresado la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en X (antes Twitter). 

¿Cuáles han sido los motivos que han hecho recular a Trump? Por un lado, la caída libre de los índices bursátiles empujó a los inversores multimillonarios que habían respaldado en la campaña electoral al candidato republicano a criticar abiertamente la política de aranceles del presidente. Hace días que los ejecutivos del sector financiero observan perplejos cómo el republicano ignora el principio de “perro no come perro”. Trump no ha podido aguantar la presión de la elite empresarial preocupada por unos índices bursátiles que han visto desaparecer miles de millones de dólares en pocos días.

El inversor multimillonario Bill Ackmann, que apoyó públicamente al magnate, estallaba el domingo pasado en X contra los aranceles del presidente estadounidense. “Nos dirigimos hacia un invierno nuclear económico autoinducido, y deberíamos empezar a prepararnos para resistir”. Ackmann pedía una tregua de 90 días antes de que este miércoles 9 de abril entraran en vigor al completo la tabla arancelaria que el presidente de EEUU exhibió en el Rose Garden la semana pasada. Parece que Trump le ha hecho caso.

Por otro lado, tanto en el Partido Republicano como en el interior de la Casa Blanca se empezaron a abrir grietas alrededor de la política económica de Trump. El magnate Elon Musk hizo intentos para tratar de convencer a Trump de que frenara la oleada de aranceles globales. Las disensiones dentro del Gobierno republicano se hicieron públicas. Musk y el polémico ideólogo de los aranceles y asesor de Trump, Peter Navarro, protagonizaron una trifulca en público.

La imagen de desconcierto en la Casa Blanca es notoria. Según Financial Times, la decisión de la pausa de 90 días se conoció mientras el principal negociador comercial, Jamieson Greer, estaba dando explicaciones en el Capitolio sobre la política arancelaria. “¿Quién está al mando?”, le espetó el congresista demócrata por Nevada Steven Horsford. “El presidente de Estados Unidos está al mando”, respondió Greer, incrementando la sensación de confusión. El propio Trump, unos minutos después, salía a señalar que “había que ser flexibles” porque “la gente se estaba poniendo nerviosa”.

Finalmente, y otro motivo por los que “la gente se estaba poniendo nerviosa” es que lo que hasta ahora habían sido valores refugio se habían empezado a despeñar por la política de aranceles. Así, el dólar no ha parado de devaluarse frente a otras monedas, provocando el objetivo contrario que pretenden en la Casa Blanca de convertir a la estadounidense en la divisa universal para los intercambios comerciales. Además, los bonos del tesoro de EEUU no han parado de caer ante la avalancha de peticiones de venta en busca de mayor rentabilidad ante el caos que se vivían en las bolsas. El mercado de deuda de EEUU es muy sensible y los inversores se estaban alejando de una manera preocupante. Trump apuntó ante las dudas de la marcha de la deuda pública que “el mercado de bonos es muy complicado, pero si lo miras ahora, es precioso”. La realidad es que los analistas de los fondos de inversión estaban avisando de que “la deuda estadounidense ya no era un refugio en periodos de aversión al riesgo”.

Entonces, ¿ha terminado la guerra arancelaria? Ni mucho menos. El enfrentamiento con China sigue. Mañana o la semana que viene nos podemos volver a encontrar con otra decisión contradictoria por parte de Trump. Y no hay que olvidar que se mantiene el golpe que dio Trump a los aranceles al sector del aluminio y el acero que llevó a la Unión Europea a sacar adelante los primeros aranceles contra EEUU: 1.600 productos estadounidenses que tendrán una tasa del 25%, por valor de unos 21.000 millones de euros. Ahora estos aranceles europeos han quedado en stand by durante 90 días a la espera de la postura negociadora del presidente de EEUU.

¿Qué pasará dentro de 90 días? Imposible saberlo con Donald Trump al mando de la primera potencia global.