Bastante complejo

Síndrome de intestino irritable: principales causas y cómo tratarlo

El síndrome de intestino irritable (SII) no tiene causas fáciles de identificar, pero los estudios han avanzado en este sentido y ya tienen algunas teorías.
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El SII no se detecta a simple vista en estudiosGetty

El síndrome de intestino irritable, también conocido como síndrome de colon irritable, es un trastorno crónico que se tiene que controlar a largo plazo y que no tiene una solución inmediata como tal, sino solamente formas de controlarlo y atenderlo, principalmente conociendo sus causas y así tratándolas para reducir el malestar.

Los principales síntomas del síndrome de intestino irritable son cólicos, dolor abdominal, inflamación del abdomen, gases, diarrea o estreñimiento (o ambos síntomas, oscilando entre un extremo y otro). Esto se debe a que se trata de una afectación del intestino grueso, espacio del cuerpo en el que se manifiestan muchos de los elementos antes mencionados.

En el diagnóstico de este síndrome, abreviado SII, es difícil de determinar con exactitud las causas que lo provocan, por lo que normalmente se identifica a través de sus síntomas, los cuales son la señal para el diagnóstico. Sin embargo, varios expertos están empezando a desentrañar los fundamentos biológicos de este trastorno que es bastante común, pero de igual forma extraño e incómodo.

Dieta

Ciertos alimentos inflaman los intestinos 

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Por ejemplo, hoy en día se sabe que existen alimentos que producen inflamación abdominal como los productos que tienen mucha azúcar, las carnes rojas y el alcohol. Esta podría considerarse, por lo tanto, una de las causas que deben tomarse en cuenta al momento de enlistar los motivos detrás del síndrome de intestino irritable, trastorno en el cual la alimentación es clave para erradicar los síntomas. Por eso, en muchos casos se recetan dietas para los pacientes con SII que eliminan las grasas, azúcares e irritantes en general.

Psique

La terapia también ayuda a combatir el SII

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Sin embargo, aunque la dieta es uno de los principales elementos a tomar en cuenta, lo cierto es que las causas del síndrome de intestino irritable también están asociadas a la psicología de las personas. Y es que el cerebro y los intestinos están íntimamente vinculados. Por eso, la terapia cognitiva-conductual puede beneficiar a algunos pacientes con SII, lo mismo que las técnicas de relajación como imágenes positivas, relajación muscular progresiva o meditación, y ejercicios como yoga (que puedes practicar durante 15 minutos al día) y la respiración diafragmática, la cual ayuda a relajar los intestinos.

Infecciones gastrointestinales

Un tratamiento oportuno ayuda a prevenir daños futuros

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Por último, investigaciones recientes están revelando al menos una posible explicación biológica para el SII. Y es que el síndrome de intestino irritable es lo que se conoce como afección sin una causa identificable. Es decir, que los pacientes no tienen signos visibles de daño en los tractos digestivos. Sin embargo, ahora se identifica que los nervios demasiado sensibles en el tracto gastrointestinal del paciente podrían ser consecuencia de una infección en el tracto digestivo que desencadena una reacción alérgica localizada. Esto provoca que los pacientes envíen señales de malestar al cerebro que resultan en dolor y mal funcionamiento del intestino, o al menos así lo describió el doctor Marc E. Rothenberg en The New England Journal of Medicine, quien aseguró “Frecuentemente, los pacientes con SII informan que sus síntomas comenzaron en el momento de una infección gastrointestinal”.

Es por eso que incluso si hoy en día todavía no se identifican causas oficiales o fácilmente rastreables para el síndrome de intestino irritable, la suma de posibles provocaciones como son las antes mencionadas —dieta, psique y reacciones alérgicas posteriores a una infección gastrointestinal— pueden ser rastreados como algunos de los motivos principales para este trastorno. Por lo tanto, su tratamiento consistiría en una dieta libre de alimentos y bebidas inflamatorias, en el control de la mente mediante ejercicios y meditaciones que ayuden a reducir el estrés y también mediante terapia, además del oportuno tratamiento de posibles infecciones gastrointestinales en su momento.