Fyre Festival

Sexo oral por botellas de agua: el trabajo del organizador del Fyre Festival

El fraude más grande de la década no solo le cayó mal a los asistentes, algunos empleados la pasaron peor.
Sexo oral por botellas de agua el trabajo del organizador del Fyre Festival

El Fyre Festival es uno de los fraudes más grandes de los últimos años, pero en este caso hay más víctimas que solo los que compraron el boleto y cayeron en el engaño. Se suponía que este iba a ser el festival de música más exclusivo del año, además de tener una cartelera impresionante (mejor incluso que la de Coachella y los festivales más famosos del mundo). Iba a estar lleno de lujos, celebridades e influencers, modelos como Kendall Jenner, Bella Hadid, Emily Ratajkowski y más fueron parte de la promoción del evento y en las primeras imágenes, aparecían divirtiéndose y tomando el sol en la playa de arena blanca y agua azul donde se suponía que el festival, que prometía una experiencia “inmersiva” (nunca supimos a qué se referían con esto), iba a tener lugar. Al final, todo fue una pesadilla y el único lujo fue el de poder volver a casa después de una mala experiencia.

Cientos de personas invirtieron miles de dólares para comprar su entrada al Fyre Festival y el vuelo que los transportaría hasta la paradisíaca isla de Gran Exuma en las Bahamas para participar de lo que prometía ser el evento del año (si no ibas a ir al Fyre Festival, no eras nadie). Al llegar ahí, el escenario fue muy diferente. El día del evento, los asistentes comenzaron a compartir su historia de terror en redes sociales, el evento no era lo que les habían prometido, no había celebridades (las modelos que lo habían promocionado no estaban por ningún lado) ni lujos, la comida gourmet que les habían prometido se transformó en un triste pan seco con un poco de queso, los transportes de lujo eran camiones de carga, los baños eran cabinas sucias y mal ubicadas, y la mayoría tuvieron que esperar en la lluvia, sin señal y sin la opción de cargar sus teléfonos, para poder volver a casa derrotados y con la realización de que habían sido engañados de la peor manera posible (todo por querer subirse al tren).

Como resultado del fraude, Billy McFarland, creador del festival, ya fue condenado a seis años en prisión y a pagar una multa de 26 millones de dólares, y las modelos involucradas con la promoción podrían ser llamadas a la corte para dar su testimonio y explicar su situación (si sabían o no lo que estaba pasando), y tanto Netflix como Hulu decidieron lanzar sus propios documentales sobre el fraude millennial más escandaloso del año.

En la versión de Netflix, se muestra cómo el Fyre Festival se convirtió en una pesadilla para los asistentes que esperaban encontrarse con una fiesta de tres días en una playa privada (los que compraron boletos para el segundo fin de semana por lo menos se libraron de la pesadilla), pero también revela que ellos no fueron los únicos que la pasaron mal. El documental reveló que la persona encargada de servir la comida también fue engañada y lo perdió casi todo a causa del evento, lo que llevó a la creación de una campaña de Go Fund Me para que pudiera recuperarse. Pero hay alguien más que la pasó peor.

Andy King, uno de los encargados de la planeación del evento, contó que le pidieron que se “sacrificara” por el equipo para conseguir que las autoridades de Bahamas les permitieran el acceso a los camiones que iban cargados con las botellas de agua para el evento.

King comentó que Billy McFarland, uno de los fundadores, se acercó a él y le dijo que fuera a “suck the di*k” (darle sexo oral) al jefe de la aduana de las Bahamas para que les permitiera el acceso a sus camiones. "Literalmente conduje a casa, me di una ducha, bebí un poco de enjuague bucal y me subí a mi auto para conducir por la isla para tomar uno para el equipo", dice King. "Llegué a su oficina completamente preparado para hacerlo."

Afortunadamente para King, las autoridades de las Bahamas no se aprovecharon de su situación y le indicaron que el agua iba a ser liberada siempre y cuando les pagaran la cuota de importación.

La historia de King se volvió viral, el organizador del evento comentó en un video de Twitter que se sorprendió de ver los memes relacionados con su historia, en especial porque no tiene redes sociales, y aunque le parecen divertidos, lo único que no quiere es ser conocido como “el rey de los blow jobs”, como muchos lo llamaron.

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Esto prueba que el engaño era más grande de lo que habíamos pensado y que, en un caso como este, nadie se salva. Solo esperamos que el mundo haya aprendido la lección. Nunca te dejes llevar por promociones llamativas que prometen grandes cosas solo porque unas cuantas modelos están involucradas.

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