Poco se habla del estilo de los políticos durante los actos protocolarios, pero hoy Joe Biden ha dado una cátedra de moda al convertirse en el nuevo presidente de Estados Unidos. El nuevo mandatario ha optado por un traje de Ralph Lauren que reivindica la sastrería como la máxima expresión del estilo, la elegancia y el poder de la moda masculina.
A simple vista se trata de un traje como el de cualquier político u hombre de negocios, pero la pieza azul marino en cuestión está perfectamente ejecutada bajo los altos estándares de la sartoria: a la medida y con el ajuste perfecto, exigencias que se obvian pero que muchas veces se dejan de lado y que son fundamentales para que se mantenga como la máxima referencia del poderío del armario masculino. Biden complementó sus elecciones con un abrigo de la misma firma, impoluta camisa blanca y una corbata en un tono azul claro.
Con el estilo de Biden, que también luce camisas sin abotonar o playeras polo, podríamos hablar de la llegada de una nueva era del power suit en la que recupera la elegancia y reafirma el valor de un traje con el talle perfecto. Según han declarado creativos de la firma, la pieza fue creada en una vieja fábrica de Nueva York y fue concebido con las máximas reglas de la sastrería en mente. Los diseñadores la han definido como “un statement sartorial y simbólico del regreso decoro”.
Y vaya que Biden ha cumplido. Ese aspecto fue descuidado en gran medida por Trump, quien lucía trajes cuyas mangas le quedaban grandes, sacos que carecían de ajuste y camisas que le hacían lucir una figura más regordeta. Joe Biden, hombre delgado y de estatura media, sigue a la perfección todas las reglas de proporción y estilo (que incluyen lentes de aviador) que le hacen ver cómodo y elegante en un traje, expresión máxima del estilo masculino y que no se limita a los altos funcionarios.
Pero el regreso del power suit a la moda masculina tiene que ver precisamente con el poder, al que Biden llega en un contexto donde la máxima potencia mundial se muestra duramente abatida no solo por la pandemia sino por una tensión política que llevó a que el Capitolio fuera altamente resguardado por elementos de seguridad durante la investidura. La firma Ralph Lauren ha apuntado, según WWD, que el traje de Joe Biden “reúne los valores de Estados Unidos”.
Con tal declaración y con uno de los colores más vinculados no solo a los elementos patrióticos de la cultura estadounidense sino a la elegancia global, Joe Biden recupera el poder del traje, producto de ese arte de elaborar piezas con alta precisión que es catalogado como la alta costura masculina.