Tener un guardarropa bien armado para la semana laboral y que nos dé la mayor cantidad de outfits posibles es un reto titánico. Sobre todo, porque la ropa de trabajo siempre requiere inversión, no importan los precios o las marcas que halles en tiendas; hacerte de los trajes, camisas, pantalones, zapatos, chaquetas casuales y abrigos suficientes no es muy barato que digamos. Mucha de nuestra paga termina yéndose a lo que vestimos para poder seguir trabajando. Una paradoja bastante difícil de solucionar.
No obstante, todos lo sabemos y te lo decimos constantemente en GQ: la calidad no siempre está ligada con el precio de nuestra ropa. Claro, en muchas ocasiones un diseño costoso se relaciona con materiales de primera y excelentes hechuras, así como un pequeño monto puede también advertirnos de un producto endeble; sin embargo, ésta no es una regla inquebrantable. Podemos hallar verdaderas joyas que sin desfalcar nuestra billetera nos ayuden a obtener un excelente look.
A continuación, los consejos que no puedes dejar de lado si es que estás en este desafío de conseguir lo mejor posible con un presupuesto limitado y, a la par, conseguir los looks más cool de todos para ir a la oficina.
Compara precios y calidad
Para empezar, no te cases con la idea de que lo más caro es lo mejor. Define qué es lo que necesitas —puede ser una suéter, un blazer, una corbata, unos chinos— y ve cuáles son tus mejores opciones. Por ejemplo, si sabes que quieres una camisa azul elige tres de distintos precios; ahora, compara sus materiales y etiquetas. Es común que la de costo intermedio sea la que más convenza, pero puede que también descubras que la más barata es la que más te conviene (en muchos sentidos). Entonces, establece tus presupuestos, haz que todo rinda a la perfección y date la oportunidad de apreciar el valor de una prenda no por la cantidad de dinero que vas a pagar por ella, sino por su imagen y durabilidad. Deja atrás todos esos mitos sobre la relación costo-calidad en tu ropa.
Apuesta por las formas simples
La sencillez es algo que siempre habla de gusto y mucho estilo. Mientras más colores sólidos —no importa el tono—, estructuras sin complicación y detalles casi minimalistas, mejor. Mira cómo muchas, si no es que todas, las grandes casas de moda se apegan religiosamente la mayor de las veces a las siluetas clásicas y sin tanto adorno; eso es lo que tú también debes hacer para lograr un look de oficina sofisticado y en clave minimal que no delate el tipo de inversión que hiciste en ella. Incluso, esto la puede hacer ver un poco más cara de lo que ya fue.
Dile adiós al plástico
Ya sea desde la compra o con una visita extra al sastre pos-adquisición, los botones de tus camisas, suéteres, chalecos y sacos no deben ser de plástico. O por lo menos no evidenciar que son de este material. Lo mejor es que cambies por elementos de madera y metal, también de diseños sutiles, para lograr que tu ropa se vea costosa. Haz del sastre tu mejor aliado para situaciones como ésta.
Inclínate por las costuras delgadas
Esto es muy importante en chaquetas y abrigos: mientras más gruesas sean las costuras en cuello, puños, cintura, bolsillos y demás detalles más barata se verá tu ropa. Lo ideal es que éstas se mantengan delgadas y casi imperceptibles. Puede que traigas el coat más barato de todos, pero atendiendo esto lograrás que en la oficina tu look sea de 10.
Utiliza colores neutros más veces a la semana
El negro es un color neutro que siempre te hace ver más elegante y profesional en el trabajo; sin embargo, si tu prenda no es de muy buena calidad o no puedes remplazarla una vez que pierde su intensidad, lo mejor es que la dejes descansar un poco. Opta entonces por prendas de colores crudos como el beige, el claro, el crema, el caqui, los grises, el azul príncipe y el verde olivo. Estos tonos siempre te ayudarán a verte un poco más costoso.
Opta por prendas bien estructuradas
Esto es: nada de suéteres flojos, chalecos sin forma, abrigos de hombros caídos, sacos sueltos y camisas que no encajen en tu espalda y brazos. Siempre elige prendas, no importa si son las más económicas de la tienda, que cuenten con una figura muy bien definida; casi arquitectónica.
Privilegia el cuero genuino por encima del sintético
Si consumes cinturones, carteras, bolsos, maletines y zapatos de cuero, verifica que sean de piel genuina y no de algún material sintético que asemeje esa textura. Con el tiempo, la vinipiel resulta más costosa y se maltrata mucho más, evidenciando que tu ropa y accesorios fueron de bajo costo.
Poca joyería (de color dorado)
Al igual que con todo tu outfit, necesitas joyas que sean simples de formas geométricas y tamaños cautelosos; incluso si usas aretes. Nota importante: el color dorado es muy importante, aunque no estés pagando por oro real.
Looks tonales
Por alguna razón casi mágica, cuando usas un look en donde todas tus prendas son del mismo color pero van cambiando de tono (intensidad), siempre te verás más costoso que de costumbre. Nuestro consejo es que lo hagas con el color gris y el marrón. Por ejemplo, un traje gris oxford con una camisa gris marfil y zapatos negros se verá perfecto; asimismo, un traje café o camello, camisa arena y zapatos color tabaco funcionarán genial. Inténtalo con tus colores favoritos.
Botas formales y mocasines
Salir de los tradicionales zapatos de vestir y ponerte uno de estos diseños siempre logrará que tu look aparente más ceros en su etiqueta de precio.