Moda mexicana

Ocelote SS23: siete años de evolución en la moda mexicana

La marca nos presenta una colección que enmarca su madurez y trayectoria en el mundo de la moda: POSESIÓN.
Ocelote SS23 camisa
POSESIÓN SS23.Cortesía

Charlar con César Flores es, siempre, escuchar a una de las voces más sinceras y apasionadas por la escena del diseño en México. Ocelote, marca de la cual éste es fundador y director general, resulta hoy uno de los sellos con mayor peso en la industria; un ejemplo de lo que significa reinventarse y redibujar los marcos de la creatividad que nos acogen, sin que esto signifique romper con tus propios valores y con el espíritu que lo inició todo. Y esto es perfectamente coherente si unimos las palabras de su creativo con las líneas de su imaginario.

En el amplio panorama del mundo (pretendidamente) pospandémico, ávido de nuevas indumentarias y de hallar los códigos para las vestimentas del futuro, al mismo tiempo que podemos advertir un telón local de urgencia y revalorización para una identidad propia en el diseño mexicano —así como inéditas plataformas y vías para compartir y hacer moda en Latinoamérica—, César posee una mirada aguda como pocas.

Con una identidad fiel a sus principios.

Cortesía

Con la presentación de su más reciente colección, Ocelote deja muy en claro que reconoce su camino, enaltece los pasos que ha dado en el pasado y estás más listo que nunca para el futuro. ¿POSESIÓN? El título de su actual propuesta para primavera/verano 2023; un capítulo que redondea los conceptos clave de la marca desde aquél 2015 cuando vimos sus primeras creaciones, hasta hoy que puede tomar con total confianza la batuta de la vanguardia en la moda latinoamericana.

Ocelote Posesión SS23

Liderando una de las tendencias más importantes en el horizonte, el Ocelote de César Flores mira hacia la exosfera. Rompe la velocidad de la luz y viaja a través de agujeros negros con total confianza y manejo de la situación. «Soñando en comunidades galácticas ancestrales de felinos humanoides, donde el tono andrógino de nuestros personajes es el eje central de esta nueva historia: colores brillantes en estampados siderales, siluetas y formas atípicas que resaltan
características no comunes del cuerpo humano. Un OCELOTE minimalista poseído por
la transformación, un rugir creativo más fuerte con un mismo ADN, nuevos clásicos que
se amoldan a la ergonomía de nuestra nueva piel», afirma la marca.

Y con ello: una declaración de intenciones. De longevidad. De miras hacia un cosmos sin límites, donde géneros y códigos de vestimenta se fundan en otra forma de entender la moda.

Con la mirada puesta en el mañana.

Cortesía

La experiencia de la colección es como ninguna otra. Comienza por el tacto y su encuentro con suaves tejidos de algodón, texturas familiares —como la MEXclilla— y culmina la experimentación de formas con el tacto charol y el neopreno. Un camino trazado por la monocromía, irrumpiendo ahora con nuevos colores en la paleta de esenciales —como rojo y naranja—. Vemos una cara más sincera de la firma, una nueva faceta de libertad que sólo una etiqueta con un ADN tan claro puede permitirse. 

«La complejidad de Ocelote está en el fit y la forma; algo más trabajado y profundo en cuanto a lo que estamos acostumbrados a consumir en moda “rutinaria”. Aquí lo que entendimos es también a vernos como personas sin género; mentalizarnos a un movimiento sin límites del cuerpo», afirma César al conversar sobre esta propuesta orientada al dinamismo, a una estética genderless y la sensualidad, en tanto energía.

Otro aspecto clave para nuestros presente y futuro: elementos deportivos integrados a la vestimenta formal y viceversa. Accesorios como calcetines, guantes y gorros que expanden los horizontes de lo que conocemos como ropa casual.

De otras galaxias.

Cortesía

Al sentarnos para hablar de esta colección y de la firma que hoy dirige, César nos cuenta:

«Estamos en un ciclo de engendramiento. Toda una etapa de terminarnos de conocer en capacidades, en forma y en visión. Ocelote empezó como una marca de esenciales, que sigue siendo y eso es algo que me encanta, pero ya nuestro ADN es mucho más complejo. En una forma de enriquecimiento, claro; tuvimos rompimientos evidentes en cómo nos fuimos moviendo como creativos y hoy tenemos una nueva forma de interpretar los básicos del guardarropa, sólo que con una perspectiva planetaria y ya no sólo local. Me encanta que seamos una marca nacional, pero también ya nos percibimos con la fuerza de tener una voz a nivel mundial. Estéticamente igual; nos sentimos más libres de expresar quiénes somos, porque ya también tenemos esta personalidad con la que nos sentimos seguros. (Y hablo en plural, porque este trabajo no podría hacer yo solo, Ocelote es todas las personas que colaboran con ella)».

«Hay muchos diseñadores frente a mí que ya no son parte de una transformación; puedo decir que ya somos. Es decir, me parece que la industria de la moda en México está completamente consolidada con voces muy firmes, trabajos a la altura de cualquiera y eso es lo que siento tanto en mí como alrededor. Lo veo en mis compañeros y sus campañas; yo soy fiel comprador de moda local y el trabajo de todos se siente en el aire».

«Veo un futuro prometedor en la moda mexicana. Hay propuestas constantes y más herramientas. Estamos en un punto de mercadeo muy oportuno; tenemos la accesibilidad de Latinoamérica, el espacio de venta en Estados Unidos… una intersección muy importante. Mucha gente se está acercando a México para consumir moda».

Y sin equivocarnos, ese provenir y esa expansión se están delineando con Ocelote, una de las marcas que han sabido aportar en todo sentido posible.