Ezra Miller es pieza clave de uno de los artículos más controvertidos que hemos tenido en el sitio de GQ – Por qué en el futuro los hombres serán como Ezra Miller– fue escrito por el director digital de GQ España, Iago Dávila, y habla sobre la manera en la que el joven actor desafía los canones de la masculinidad para moldearlos a su antojo y, aun así, salirse con la suya, dándole un nuevo sentido a lo que un hombre debería representar.
Lo cierto es que seguimos comulgando no solo con la opinión de Iago, sino con la manera en la que Ezra parece moverse en un mundo en el que los dogmas sobre la masculinidad siguen siendo muy fuertes, pesar de que todos en la actualidad se juran open minded, progresistas y liberales.
Ezra Miller fluye en lo que podríamos definir como un hombre moderno, pues, mientras no pierde la “masculinidad” como la concibe la sociedad, tampoco tiene miedo de utilizar maquillaje y, de buenas a primeras, aparecer en la Comic-Con de San Diego disfrazado de Toadette (la versión femenina de Toad de Mario Bros) para promocionar Fantastic Beasts: The Crimes of Grindelwald.
Sí, Ezra Miller llegó a la Comic-Con vestido de “mujer”, con falda rosa satinada, medias y un enorme hongo rosa en la cabeza, y eso no cambia, para nada, la manera en la que percibimos al actor mejor conocido por sus papeles The Perks of Being a Wallflower, We Need to Talk About Kevin y Justice League.
Y antes de que esa pequeña voz prejuiciosa aparezca en tu cabeza, te decimos que no, la orientación sexual de Ezra Miller – quien en 2015 se definió a sí mismo como queer – no tiene nada que ver en la manera en la que se presenta ante las personas. Un hombre no es sinónimo de heterosexual, y un macho tampoco es el canon de lo que un hombre representa.
Mientras las líneas se desdibujan, Ezra Miller parece ser el ejemplo perfecto de un hombre que se atreve a aparecer como le da la gana, y eso, es de apreciarse.
