Uno de los nuevos relojes más hermosos que han aparecido esta primavera no parece del todo un modelo nuevo. Sí, el número de referencia 5172G-010 de Patek Philippe, un cronógrafo de cuerda manual, diseñado en oro blanco con una preciosa esfera color salmón.
La joya de Patek Philippe
Se trata de un modelo moderno que toma prestados algunos de los movimientos de diseño más venerados del fabricante suizo. De hecho, cuando vi el reloj por primera vez, pensé que ya lo conocía. El nuevo 5172G de Patek Philippe casi provoca al usuario una sensación de déjà vu: el cristal “caja” que sobresale, las agujas de jeringa, el bisel y las asas escalonadas parecen arrancadas de las páginas de los catálogos de Patek Philippe.
Como explica el presidente del fabricante suizo, Thierry Stern, “parece del pasado, pero está hecho para el presente”, lo que subraya el esfuerzo de la empresa por actualizar su historia de diseño icónico para un nuevo público. En Patek, este tipo de nuevos relojes se conoce como “vintage contemporáneo”.
Acostúmbrate a escuchar el término. En todo el mundo de la relojería, las marcas —y los clientes— están adoptando un enfoque más vintage sobre los relojes nuevos. Al igual que en la moda, la relojería de los años ochenta se definía por tamaños absurdos y características de diseño barroco. Sin embargo, las tendencias siempre vuelven.
Recuerdo que el difunto Luigi “Gino” Macaluso, entonces propietario de Girard-Perregaux, predijo que la clientela europea pronto se decantaría por relojes sencillos y elegantes que solo midieran 36 mm de ancho, o sea, el tamaño de cualquier reloj fino de mediados de siglo. Tenía razón. En los años siguientes, los diámetros de las cajas se redujeron y se hicieron más delgados. La belleza directa de la esfera de un modelo de tres agujas también se hizo visible.
El minimalismo de Philippe Dufour
Uno de los relojes más populares en la actualidad es el llamado Philippe Dufour Simplicity. Desde hace dos décadas, Philippe Dufour fabrica cada año un puñado de estos modelos pulcros que únicamente marcan la hora. Al principio, se podía comprar uno por una cantidad cercana a los 35,000 dólares, no obstante, en los últimos años, varios Simplicities se han subastado por más de un millón de dólares.
La herencia de Vacheron Constantin
Hoy en día, tal es el culto al mundo de la relojería, que las marcas pueden crear más revuelo en torno a componentes de relojes antiguos reconocibles que en torno a nuevos diseños. Por ejemplo, las asas de cornes de vache (cuernos de vaca) de Vacheron Constantin, que fueron exhumadas de los archivos de la marca suiza y reintroducidas a mediados de la década pasada.
Recuerdo que los entusiastas de los relojes de época los describían —las asas, no solo al reloj— como si estuvieran explicando un fresco de Miguel Ángel. Mi elogio favorito fue el de Hodinkee, que las calificó como “impresionantes, expresivas y magistrales”, lo que puede parecer una tontería, pero indica algo grande: que estamos en una edad de oro de la alfabetización relojera, en la que una apreciación cercana de la historia de la relojería parece más interesante que cualquier nuevo salto tecnológico.
La esencia de Breitling
Este impulso de nostalgia también ha conducido a un vistazo más minucioso de los archivos de las empresas, y las marcas con un rico catálogo anterior han extraído un fecundo tesoro de patrimonio. Algunas han actualizado modelos antiguos con materiales y movimientos modernos. Personalmente, me alegré mucho de ver el regreso en 2020 del modelo AVI de Breitling en un renacimiento de calidad casi museística supervisado por el fundamentalista de Breitling, Fred Mandelbaum, cuyos recauchutados perfectos han sido una característica bienvenida del renacimiento de la marca.
El clásico histórico de Omega
En Omega, el dinámico Raynald Aeschlimann también ha rediseñado los clásicos de la marca de forma magistral. Siempre me ha gustado el Speedmaster de oro macizo “Nixon-spec”, lanzado para celebrar el alunizaje en 1969. Al revivirlo medio siglo después, presenta toques históricamente correctos, como un bisel de color sangre de buey y marcadores de hora de ónix, pero con un movimiento que cumple con los nuevos y exigentes estándares modernos aplicables a los nuevos relojes.
El Art Decó de Cartier
Mientras tanto, en Cartier, Cyrille Vigneron ha vuelto a poner en tendencia la relojería de la marca revisando clásicos del Art Decó como el Tank Chinoise, el cual regresa este año con una nueva esfera que hace un guiño al antiguo diseño chino.
En una época en la que el arte y la moda persiguen las innovaciones en el metaverso, no hay nada más satisfactorio que ver el entusiasmo en torno a los nuevos relojes con un enfoque neo-vintage que incorporan toques artísticos históricos. El 5172G de Patek Philippe puede parecer familiar, pero en realidad refleja un camino creativo radical: La forma más revolucionaria de avanzar en la relojería puede encontrarse mirando hacia atrás.
Artículo publicado originalmente en GQ US.
