¿Cuándo fue la última vez que te emocionó ponerte unos pantalones? Te entendemos, probablemente… nunca. Seguramente quieres saber cómo hacer que los pantalones te queden bien. Casi todo el mundo entiende el poder de una chaqueta de tweed o de traje perfectamente confeccionada para elevar tu look, pero -aparte de ser la parte inferior de tu atuendo- los pantalones tienden a ser tratados como un personaje secundario en la historia de cómo te vistes.
Esto tiene una explicación. A menos que tengas las proporciones de un modelo entallado (si es así, felicidades), la mayoría de los pantalones -sobre todo los que no son elásticos- no te quedarán del todo bien. Sin embargo, un buen pantalón de lana entallado puede hacer dos cosas importantes: que tus piernas luzcan realmente bien y que te entusiasme vestirte por la mañana.
"Puede ser el ancho de los pantalones, su caída, el estilo en cuanto a pliegues y ajustadores laterales, los distintos tipos de cintura, todo eso los hace diferentes de los que compras ya hechos en una tienda", explica Jake Mueser, fundador de J. Mueser Bespoke. "No es como un par de jeans, que resultan incómodos los primeros días hasta que te acostumbras y los adaptas a tu cuerpo. Cuando se trata de pantalones hechos a la medida, hay que acertar".
El primer paso es el fit, sobre todo en la zona entre el muslo y la cintura. La mayoría de los pantalones listos para usar llevan medidas para la cintura y la entrepierna (la distancia desde justo debajo de la entrepierna hasta el dobladillo), pero hay media docena de medidas adicionales que determinan cómo quedará un par de pantalones. "Las cosas se complican más donde descansan el asiento y el muslo junto con la forma en que se corta el tiro", agrega Mueser. “Un pantalón puede tener la cintura y el asiento correctos, e incluso el muslo correcto, pero si el tiro es demasiado bajo, la parte delantera del pantalón se subirá y puede resultar bastante incómodo”. Del mismo modo, si el tiro es demasiado alto, es posible que se formen pliegues en la entrepierna y los bolsillos, lo que tampoco queda bien.
"Muchos hombres no necesitan pantalones hechos a la medida, pero los más problemáticos son los que tienen una silueta muy atlética, los muslos más grandes, el trasero más voluminoso y la cintura estrecha", afirma. "Este es el tipo de hombre que va a tener muchos problemas para encontrar algo en los estantes de una tienda y al que le va a venir muy bien un pantalón de sastre".
Tanto si se trata de un pantalón estándar como de un pantalón hecho a la medida, la cuestión del tiro es importante. Después de más de dos décadas de omnipresencia de los pantalones de talle bajo, las cinturas (y los tiros) son cada vez más altas, pero encontrar el talle adecuado depende tanto de tus gustos como de tu complexión. "Es importante saber lo que te gusta y lo que se adapta a tu tipo de cuerpo", asegura Mueser. Por ejemplo, si tu cintura es menos six-pack y más mini-barril, tendrás que decidir si quieres llevar los pantalones por debajo de la barriga o por encima. Si es esto último, tendrás que llevar tirantes para evitar que esos pantalones de cintura alta se te asienten en las caderas. "Si te sientes cómodo con el aspecto [de los tirantes], entonces deberías elegirlos", añade Mueser. "Si no, puede que te vaya mejor un tiro más bajo".
Otros detalles y variables importantes incluyen los pliegues (¿los quieres? Si es así, ¿cuántos?), los puños (¿los quieres? Si es así, ¿de qué talla?) y el largo (¿prefieres que tus pantalones "terminen" en la parte superior de tus zapatos o que muestren un poco el tobillo?). A diferencia del arte más esotérico del talle y el fit, la respuesta a estas preguntas se reduce sobre todo a las preferencias personales y la comodidad.
El propósito de los pliegues -aparte de dar a los pantalones un aspecto ligeramente más sofisticado- es hacerlos más cómodos, especialmente con los cortes de cintura alta, explica Mueser. Los pliegues pueden ser sencillos, dobles o triples, y pueden estar orientados hacia delante o hacia atrás. Históricamente, los pliegues orientados hacia delante son más comunes en las sastrerías inglesas, y los orientados hacia atrás, en las italianas. Querer uno, dos o tres pliegues depende sobre todo del gusto de cada quien, siendo uno el más sutil y tres (en opinión de Mueser) un poco más. "Los pliegues dan más volumen y, en un pantalón de corte más amplio, más comodidad", dice. "Cuando no tienes pliegues puedes tener un pantalón más elegante y entallado".
Lo más importante que hay que saber sobre los puños es que se asocian más a los pliegues que a los frentes planos, y que suelen combinarse mejor con los pantalones informales que con los formales (los puños en los esmoquin suelen ser un "no"). ¿Las buenas noticias? Los puños son relativamente fáciles de quitar si te aburres dentro de unos años, así que no hay mucho riesgo al optar por ellos. En cuanto al tamaño, los puños suelen oscilar entre 2,5 y 5 cm (Mueser prefiere 2,5 cm). "También hay que tener en cuenta la estatura", añade. “Un puño puede hacer que la pierna parezca un poco más corta, pero no creo que sea un impedimento, forma parte del estilo”.
Si estos detalles no te parecen suficientes para asegurarte de que los pantalones te queden bien, hay un último obstáculo que salvar en el camino hacia el pantalón perfecto: el largo adecuado. "Creo que los pantalones deben tener un ligero quiebre", explica Mueser. "El pantalón de tiro alto es, sin duda, una opción estética que se puede elegir, pero la forma más atemporal y clásica de cortar los pantalones es con el mínimo quiebre tocando la parte superior del zapato". Sea cual sea el largo que elijas, el punto de quiebre del pantalón dependerá en última instancia del calzado que elijas, así que lleva tus zapatos Oxford, mocasines o zapatillas (o mejor aún, las tres cosas) cuando vayas a ajustar el dobladillo de tus pantalones.
Artículo originalmente publicado en GQ.