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Juegos Paralímpicos: ¿Por qué no participan los atletas sordos?

Los atletas sordos no participan en los Juegos Paralímpicos, principalmente debido a la clasificación de discapacidades.
Ilustración sobre Juegos Paralímpicos de París 2024 junto a símbolo de No Audición con fondo del Arco de Triunfo de...
Los atletas sordos no pueden participar en los Juegos Paralímpicos debido a la clasificación de discapacidades del Comité Paralímpico Internacional.Getty Images/Collage: Loïse Legars

Con el fin de los Juegos Paralímpicos de París 2024, todavía queda una pregunta por responder: ¿por qué no hay atletas sordos entre los participantes? Aunque la inclusividad parece ser una prioridad en el mundo del deporte (y más aún en las competencias para personas con discapacidad), la ausencia de deportistas con sordera o con dificultades auditivas en los Juegos Olímpicos y Paralímpicos aún plantea interrogantes.

En realidad, los atletas sordos no participan en los Juegos Paralímpicos, principalmente debido a la clasificación de discapacidades establecida por el Comité Paralímpico Internacional (CPI). Esta competencia mundial en particular está diseñada para deportistas con discapacidades físicas, visuales o intelectuales, pero las auditivas no se incluyen en los criterios de elegibilidad. Por tanto, no hay carreras de velocidad ni inmersiones para las personas con sordera o con problemas de audición en los Juegos Paralímpicos, pero eso no significa que se les deje de lado.

Los atletas con alguna deficiencia auditiva o sordera total no participan en los Juegos Paralímpicos.Getty Images

¿Conoces las Sordolimpiadas?

Históricamente, los atletas sordos han tenido su propia competencia internacional, los Juegos Sordolímpicos, desde 1924. Es una de las justas deportivas más antiguas del mundo, solo superada por los Juegos Olímpicos, y nació en París. Cada año, atletas de más de 100 naciones participan en una veintena de disciplinas diferentes, que van desde el atletismo y la natación hasta el futbol, el basquetbol, el judo y el tenis. Hay incluso algunos extras, como carreras de orientación, futbol de salón y hasta ajedrez, para animal los deportes de invierno.

Cuando el Comité Internacional de Deportes para Sordos (CISS, por sus siglas en inglés) intentó estrechar lazos con el movimiento paralímpico en los años noventa, al final no lo consiguió. El CISS decidió finalmente retirarse del Comité Paralímpico Internacional, prefiriendo mantener su independencia. Esta decisión mantuvo una clara separación entre las Sordolimpiadas y los Juegos Paralímpicos, dejando que los atletas sordos compitieran en un escenario distinto. Así, mientras que los Juegos Olímpicos y Paralímpicos gozan de una cobertura mediática mundial, los Sordolímpicos permanecen en la sombra y tiene un financiamiento considerablemente bajo.

¿Pueden los atletas sordos competir en los Juegos Olímpicos?

Aunque no se les permite participar en los Juegos Paralímpicos, algunos atletas sordos han conseguido abrirse paso en el mundo de los Juegos Olímpicos. El ejemplo más emblemático es el de Terence Parkin, nadador sudafricano con sordera que ganó una medalla de plata en las Olimpiadas de Sydney en 2000. Parkin demostró que los deportistas sordos son capaces de competir con los mejores del mundo, a pesar de los obstáculos que tienen que superar a causa de su discapacidad. Más recientemente, la jugadora de golf india Diksha Dagar, que participó en los Juegos Sordolímpicos de 2017 y 2022, también estuvo presente en las Olimpiadas de Tokio 2021 y en París este año.

Pero estos casos siguen siendo raros, y la mayoría de los atletas sordos se orientan hacia las Sordolimpiadas, donde compiten en un entorno adaptado a sus necesidades específicas. Nathan Young, por ejemplo, nadador británico y medallista de bronce en los Juegos Sordolímpicos de 2017, explica en sus redes que “competir en los Juegos Olímpicos sería un sueño, pero las Sordolimpiadas nos ofrecen una plataforma en la que podemos participar de forma justa”. Como otro ejemplo, si nos fijamos en las participaciones de Hugo Miguel da Silva Passos, atleta portugués de lucha grecorromana, podemos ver que ha ganado nueve medallas en los Juegos Sordolímpicos, cinco de ellas de oro. Sin embargo, nunca ha obtenido una sola medalla en las Olimpiadas y ni siquiera ha llegado a estar entre los 20 primeros. Así que definitivamente hay una diferencia de nivel.

Hacia una mayor inclusión de atletas sordos

Ahora que París 2024 celebró la diversidad del deporte y la discapacidad, merece la pena plantearse la cuestión de la inclusión de los atletas sordos. La independencia de los Juegos Sordolímpicos tiene sus ventajas, ya que ofrece un espacio dedicado y especializado. Pero otros abogan por una integración más estrecha con las Olimpiadas o los Juegos Paralímpicos, para dar a los deportistas sordos la notoriedad que merecen. La sordera es una discapacidad en sí misma, y es difícil evaluar y comparar su impacto en el rendimiento deportivo.

Así que es comprensible que las Sordolimpiadas tengan su propio lugar en el mundo del deporte. Pero, ¿por qué no imaginar un futuro en el que los Juegos Sordolímpicos y Paralímpicos se celebren uno al lado del otro, al igual que los Juegos Olímpicos y Paralímpicos? Pero por ahora, para ver brillar el deporte del silencio, esperamos verte en Tokio el año que viene para los próximos Juegos Sordolímpicos de Verano.

El nadador sudafricano Terence Parkin celebra tras conseguir la medalla de plata en la final de los 200 metros de pecho, en los Juegos Olímpicos de 2000 en Sydney.Smiley N. Pool/Houston Chronicle/Getty Images

Artículo publicado originalmente en GQ Francia.