Hablar de George Best es hablar del mejor futbolista de todos los tiempos de Irlanda del Norte, pero también es hablar de un jugador que provocó un cambio generacional al enseñaron cómo ver y cómo vivir por y para la pelota.
Desde su aparición hubo un antes y un después y su imagen además en la cancha iba de la mano con su gran carisma, mismo que le jugó en contra y que convirtió su vida en una montaña rusa digna de repasar.
George Best nació en Belfast y apenas al ingresar a la escuela demostró que tenía un don pocas veces visto para jugar al fútbol y que gracias a su carisma llamaba los 11 años tuvo su primer contacto serio con el fútbol pero también con el alcohol y cuatro años después se le acercó un buscador de talentos del Manchester United.
En el Manchester United, le abrieron las puertas a los 15 años y fue el mítico Matt Busby quien lo hizo debutar en la primera división dos años después, en un partido en el que demostró su talento y sin saberlo, Busby estaba haciendo debutar a un genio de la pelota.
A partir de ahí, Best se transformó en un jugador fundamental para el Manchester United pero también en un futbolista que se volvió la cara de diversas campañas de publicidad, casi siempre asociadas a la bebida o a la fiesta.
Con apenas un año en el Manchester United apareció junto a The Rolling Stones en el mítico programa “Top of the Pops”, abrió algunas tiendas de ropa y se hizo amigo de las grandes estrellas del rock de esa época y de alguna manera fue de los primeros en ponerle música al Manchester Derby
La vida de Best en esos años era levantarse temprano, ir a entrenar y los fines de semana, después de cada partido perderse durante dos días en fiestas que empezaban en pub de Manchester y terminaban en Londres.
Best no solo se convirtió en un futbolista carismático, que ganaba fortunas para esa época, también se volvió una influenza para los chicos de esos años, su corte de cabello similar al de The Beatles y su actitud de ‘Rockstar’ lo llevaron a convertirse en el ‘Quinto Beatle’.
Su gran momento lo vivió junto a Sir Bobby Charlton y Denis Law, cuando ganaron la primer Champions League de la historia para el Manchester United pero ese logro también fue su punto de partida para una vida más cercana al alcohol.
A partir de ahí su vida estuvo más asociada a la noche, las fiestas, las modelos y lo mismo faltaba a un entrenamiento o llegaba directamente unos minutos antes de que arrancara un partido, pero su talento era tan grande que Matt Busby no tenía más remedio que dejarlo jugar.
Tanta fiesta tuvo sus consecuencias y en 1974 dejó de jugar para el Manchester United pero emprendió el vuelo rumbo a Estados Unidos donde firmó para Los Angeles Aztecs donde además se hizo amigo de un verdadero ‘Rockstar’: Elton John.
Su vida futbolista estaba cada vez más lejos de lo que un día lo llevó a ganar el Balón de Oro y pasaba más tiempo bebiendo y tras su paso por Estados Unidos, hizo un recorrido de siete equipos en cuatro años lo que lo llevó a tener momentos críticos pero no al grado de Diego Armando Maradona
Durante esa época abrió dos pubs y desde luego las fiestas eran interminables, lo que provocó que definitivamente se alejara de las canchas. Lo que al principio era diversión se convirtió en una enfermedad de la que nunca pudo salir.
A Best se le recuerda por frases que marcaron su vida: “En 1969 dejé las mujeres y la bebida, pero fueron los peores veinte minutos de mi vida”, o también una que refleja sus últimos años: “Gasté un montón de dinero en coches, mujeres y alcohol. El resto simplemente lo malgasté”.
George Best en noviembre de 2005 falleció a causa de complicaciones relacionadas con el alcoholismo pero días antes de su muerte declaró a la prensa de Irlanda del Norte: “No mueran como yo”. Su funeral fue multitudinario y su ataúd fue envuelto con la bandera de su querido Manchester United