El Paciente es uno de los proyectos más diferentes de Steve Carell, y probablemente también es uno de los mejores de su carrera (además de The Office).
Estamos acostumbrados a ver a Steve Carell en comedias, pero, para dominar en las comedias (de manera inteligente) hay que tener una mente brillante y mucho talento, que también se puede usar para crear a personajes dramáticos, misteriosos y hasta inquietantes, y esto es justo lo que el actor hace en su miniserie psicológica de Star+.
Esta serie es una reflexión (en parte) sobre nuestras fallas como personas, las relaciones complicadas que podemos tener y cómo el trauma y el dolor nos pueden afectar de manera diferente, empujando a ciertos tipos de personas a cometer cosas terribles.
La historia se desarrolla en una habitación donde se da una terapia psicológica, pero no es como las típicas terapias a las que podemos acudir en el mundo real, y el paciente en cuestión no es la persona promedio que busca la ayuda de un terapeuta para lidiar con el estrés, alguna pérdida u otros problemas cotidianos.
¿De qué trata El Paciente?
Todo comienza con el Doctor Alan Strauss, que comienza a atender a un nuevo paciente que le parece algo peculiar desde su primer encuentro.
La historia de Alan se complica cuando despierta en una habitación que no conoce sin saber muy bien cómo llegó ahí o quién lo llevó a ese lugar. Pronto, Strauss descubre que fue secuestrado por uno de sus pacientes, quien le confiesa que es un asesino serial y que necesita su ayuda para cambiar su vida.
Strauss debe aceptar darle terapia a este paciente, quien poco a poco le va contando detalles de su infancia complicada y cómo es instinto que lo controla y que lo lleva a matar. Él quiere detenerse, pero no sabe cómo y es por esto que se le ocurrió secuestrar a su terapeuta para tenerlo siempre disponible.
El problema para Strauss es que su paciente no parece entender que la terapia es un proceso y a veces se deja controlar por ese instinto asesino, y eso significa que también él está en peligro.
¿Por qué debes ver El Paciente?
El paciente cuenta con 10 capítulos de entre 20 y 47 minutos (solo el último es así de largo), así que es una serie que podrías ver como una película/maratón, o puedes disfrutarla lentamente para ir analizando y procesando cada capítulo a tu propio ritmo.
Esta no es la típica historia de asesinos, donde todo se centra en sus brutales crímenes y las investigaciones policiacas para detenerlos, sino que se enfoca en el elemento de la psicología y lo que puede llevar a un hombre a matar, intentando explorar la idea de que, si las circunstancias se alineen, todos podemos llegar a hacer cosas terribles.
El Paciente es una serie llena de tensión, desesperación y sentido de urgencia, donde te puedes identificar con el terapeuta secuestrado, pero también con su captor y su necesidad de buscar ayuda.
Además, es un formato interesante, donde poco a poco se van revelando momentos sobre el pasado del protagonista, para humanizarlo y para ayudar a que sientas más miedo por lo que va a pasarle, pero también para mostrar que los dos personajes centrales tienen más cosas en común de lo que ellos creen.
Hay sangre, fantasías violentas, crímenes brutales y terror psicológico, pero, al tratarse de un proyecto de Carell, El paciente tiene también unos cuantos toques de humor negro y pequeña comedias que la hacen más interesante y entretenida. Esta es una de esas historias que, una vez que empiezas, no quieres frenar hasta llegar al final.
Las dos estrellas de El Paciente
El Paciente gira alrededor de dos personajes principales, creados por dos actores brillantes que logran una extraña química en cada escena.
Por un lado, tenemos a Steve Carell como el Doctor Strauss, un terapeuta que tiene una relación complicada con su familia y que se topa con un paciente que lo lleva a vivir una experiencia aterradora, y por el otro tenemos a Domhnall Gleeson (hijo del actor Brendan Gleeson), que interpreta al paciente que, en su desesperación, llega al extremo de secuestrar a su terapeuta con el fin de obtener la ayuda que tanto necesita.
Los dos personajes están rotos de maneras distintas y logran crear una conexión al ir conociendo más el uno del otro, y mientras Carell aparece como un hombre que debe usar su inteligencia y mantener la calma para intentar sobrevivir, Gleeson se convierte en un monstruo que quiere un cambio y que se transforma en una olla de presión que puede explotar en cualquier momento.