La última sentencia de muerte de los trajes para hombre la pronunció la Oficina de Estadísticas Nacionales del Reino Unido, la cual ha eliminado los trajes de la cesta de bienes que utiliza para calcular la tasa de inflación anual. El elemento que se han incluido en la cesta todos los años desde 1947 ha sido eliminado de los 733 bienes y servicios representativos para medir el costo de la vida en la nación europea, pues no se compraban suficientes. De hecho, los trajes han sido sustituidos en la cesta por “chaquetas o blazers formales”.
Por desgracia, la muerte de los trajes para hombre —una de las historias más antiguas de la moda masculina—, se ha predicho varias veces en mis últimos 15 años como analista de moda masculina, y, si los recuerdos de mis colegas más antiguos son creíbles, muchas más veces antes, al menos desde principios de los años 90. (Aquí: los mejores trajes para usar este verano).
Las estadísticas se utilizan a menudo como base para la cobertura de estilo de vida en periódicos. Sin embargo, los números no mienten: las ventas de trajes para hombre están cayendo —y rápido—. Las cifras de Kantar Worldwide, (que cita un reciente reportaje de The Guardian sobre la desaparición de este) muestran que el gasto en trajes para hombre se desplomó de 480 millones de dólares en 2017 a 200 millones de dólares en 2020, antes de recuperarse ligeramente a 350 millones de dólares el año pasado. Pero, ¿realmente el Covid ha acabado con el traje, como afirma el periódico? Como siempre, cuando se trata de moda masculina, la respuesta es mucho más complicada que un simple “sí, es el fin del traje”.
¿Los trajes se han acabado?
Como un declaro usuario de trajes, debo admitir cierto resentimiento, pero ¿desde cuándo la Oficina de Estadísticas Nacionales es una autoridad en materia de moda masculina? Un rápido vistazo a la sección de estilo de esta revista podría no revelar muchos trajes, pero ten por seguro que cuando se trate de grandes eventos como el Hombre del Año, los Héroes GQ, la Semana de la Moda, y el resto, todos vestiremos trajes para hombre. ¿Qué sucede entonces?
“Los trajes para hombre que algunos oficinistas tienen que llevar por obligación, el traje de mercado masivo de ‘cobertura corporal aceptable’, es claramente una categoría en declive, y el Covid ha acelerado ese proceso”, dice el comentarista social y coautor del Manual de Sloane Ranger, Peter York, “pero eso no significa que la gente haya perdido el placer de vestir elegante. De hecho, para aquellos a los que les gusta hacer statements y expresarse con la ropa, esta es una especie de época dorada para la sastrería”. (Descubre cómo usar un traje y lucir como un experto en 2022).
En otras palabras, despídete del aburrido traje mal ajustado que cubre el cuerpo de los oficinistas, y di hola al que eliges para llevar fuera del trabajo, en la alfombra roja, en las bodas, en las noches de fiesta, etc. En estos escenarios que requieren gran estilo, los trajes para hombre están vivos y en plena forma. A diferencia del conservadurismo retro del movimiento #menswear de la era Y2K, hoy el traje es vanguardista, moderno y define el espíritu de la época.
Basta con mirar el traje oversized color gris de Balenciaga que recientemente llevó Justin Bieber a los Grammys, complementado con un gorro rosa neón y un par de “Hard Crocs”, también de Balenciaga. Parece una representación de arte contemporáneo en comparación con su esposa Hailey, quien lucía clásica y chic con un vestido de YSL. O el look sin camisa de Timothée Chalamet con un brillante traje Louis Vuitton. Sí, quizá el blazer era corto, pero seguía siendo esencialmente un conjunto compuesto por la parte superior e inferior a juego, que es todo lo que es un traje.
Además, el trabajo de Timothée Chalament en la alfombra roja con el diseñador Haider Ackermann ha contribuido a revolucionar totalmente la idea que el público tiene de los trajes para hombre. De hecho, los conjuntos de Bieber y Chalamet en la alfombra roja son ya un acontecimiento cultural en sí mismo. Si añadimos el trabajo de Kim Jones para Dior, especialmente sus chaquetas de doble botonadura con cierres ocultos, que llevan todos, desde Jay Z hasta Robert Pattinson, o la visión igualmente vanguardista, pero más versátil de Mark Weston para Dunhill, lo que tenemos es un renacimiento creativo total de la sastrería masculina a nivel masivo. (Así se llevan los trajes a la oficina).
Así que sí, el aburrido traje para ir a la oficina ha muerto: por supuesto que preferimos llevar pants y tenis al trabajo. ¿Pero los trajes llenos de estilo que nos ponemos para celebrar la vida? Esos siguen aquí y se ven mejor que nunca.
Artículo publicado originalmente en GQ UK.