El engaste de los relojes arcoíris —es decir, adornar un reloj con un grupo de gemas de colores— se ha convertido en uno de los elementos más coleccionables de la Alta Relojería. Rolex tiene una historia teñida de arcoíris que se remonta a los años 80, cuando adornó los elegantes modelos Cellini, aunque fue el bisel del Cosmograph Daytona de 2012 —con 36 zafiros de corte trapezoidal de diferentes colores— el que realmente encendió la pasión multicolor de los coleccionistas.
Desde entonces, las tonalidades del arcoíris han decorado una serie de Rolex, hasta el Yacht-Master de este año, engastado con frías piedras azules y violetas, y el nuevo Daytona con incrustaciones de coloridos diamantes: un trofeo del coleccionismo de relojes de la década de 2020.
De peculiaridad a tendencia
“Para cualquier coleccionista serio de Daytonas modernos, un arcoíris es imprescindible”, dice Remy Julia, de Christie's, especialista en relojes, “Lo ideal es tener la trilogía del amarillo, el blanco y el rosa. Hace seis años, cuando hacía constantemente ventas privadas de estos, el precio era de 240,000 dólares, y eso ya era la luna. Ahora se ha duplicado y sigue creciendo”.
Lo que antes era una forma novedosa de que los entusiastas de la relojería más acaudalados hicieran gala de su gusto opulento (y de sus presupuestos) se ha convertido en un pilar de la industria. Fabricantes como Hublot y Audemars Piguet han aprovechado el poder visual de los relojes arcoíris para hacer referencia a la creatividad del arte y los movimientos culturales más allá del mundo de la relojería.
Hublot se adelantó a la tendencia de relojes, con el lanzamiento del Big Bang Unico Sapphire Rainbow en 2017. El reloj llamó la atención en la MET Gala de 2021 en la muñeca de la conocida estilista Law Roach, entre cuyos clientes se encuentran Zendaya y Lewis Hamilton. “Parte de la inspiración [para el Big Bang Unico] viene del homenaje de Hublot al arte Pop y el uso de colores llamativos y atrevidos para reinterpretar la Alta Relojería”, explica el CEO de Hublot, Ricardo Guadalupe. “Fue un gran éxito, así que decidimos extender la ambientación del arcoíris al resto de nuestras colecciones”.
Cuando vi por primera vez el nuevo Royal Oak Offshore Selfwinding Music Edition de Audemars Piguet, me vino inmediatamente a la mente la obra de arte pionera de Wassily Kandinsky, uno de los artistas más influyentes del siglo XX, quien pudo haber experimentado sinestesia, una condición neurológica que desvía los cinco sentidos; en su caso, le permitió ver el sonido en color.
Kandinsky nunca tuvo la oportunidad de apreciar las melodías del creador de éxitos pop Mark Ronson. Pero Ronson era un fiel portador de un Royal Oak mucho antes de firmar como embajador de Audemars Piguet a principios de este año. El DJ-productor se unió al equipo de A.P. a tiempo para el lanzamiento de estos nuevos Offshores, que se inspiran en el hardware y los accesorios que se encuentran dentro de un estudio de grabación. La característica estructura Tapisserie de la esfera se ha impreso para asemejarse a la pixelación policromática de un medidor V.U., el equivalente en ingeniería de audio a un botón de volumen. Las tachuelas con textura moleteada evocan las clavijas de los enchufes, y los protectores de la corona recuerdan el fader de una consola de mezclas. Para experimentar el Kandinsky inverso (escuchar música mirando un reloj de colores), tendrás que adquirir la versión engastada, que cuenta con piedras de colores apropiados para el ecualizador en la esfera y con un bisel de color degradado con rubíes, tsavoritas y zafiros de color amarillo, naranja, verde y azul.
El verano pasado, Chanel mostró síntomas sinestésicos con su colección J12 Electro —que presentaba relojes arcoíris de acero negro mate y cerámica de oro blanco con biseles de zafiro —, aparentemente inspirados en el amor del director creativo de relojería de la marca, Arnaud Chastaingt, por cierta escena musical de los 90 en París—.
Tanto si Chanel se inspira en las luces parpadeantes de la cultura electro, como si A.P. cita los 10 colores del ecualizador, estos exuberantes relojes arcoíris son el epítome de la inspiración y la ostentosidad.
Además, los relojes arcoíris representan un estilo que favorece a los joyeros-relojeros que pueden fusionar el poder de su artesanía con su experiencia en la búsqueda de piedras. Pude notar esto cuando vi un tourbillon con engaste arcoíris en Chopard, o más bien un tapiz repleto de color y técnica con cada una de las superficies del reloj (caja, esfera, corona, asas y cierre) adornadas con gemas que brillan en una sinfonía de colores. Ojalá Kandinsky lo hubiera visto.
Artículo publicado originalmente en GQ US.
