Un hombre sin nombre, interpretado por el actor Aaron Pierre, llega a caballo a un pueblo remoto, donde se verá envuelto en una guerra entre el ejército y el corrupto hombre de la ley. Este inicio clásico arquetípico del cine del Viejo Oeste es la premisa de la película Rebel Ridge, de Netflix, que se estrenó el 6 de septiembre.
El propio Pierre, de 30 años, es un desconocido: su papel más importante hasta la fecha había sido como actor secundario en la miniserie The Underground Railroad. Pero cuando el humo de las granadas de Rebel Ridge se disipa y el sonido de los cristales al romperse se desvanece, queda claro que Pierre sería la próxima gran promesa del género de acción.
Cuando GQ se reunió con Pierre, estaba rodando la cuarta temporada de The Morning Show de Apple en Los Ángeles. Con la cinta Rebel Ridge en el retrovisor, Pierre parece no estar seguro de lo que el éxito arrollador de la cinta significará para su futuro: con 31.2 millones de visitas en su primera semana, Netflix asegura que es la película número uno en la plataforma de streaming. Pero sea cual sea su género, lo cierto es que los directivos de Hollywood están tomando nota de su futuro protagonista.
¿Cómo se preparó Aaron Pierre para Rebel Ridge?
Aaron Pierre: En primer lugar, gracias, eres muy amable. Día a día entreno en el gimnasio, y estudio artes marciales, concretamente boxeo y jiu-jitsu brasileño. Así que me preparo. Para Rebel Ridge, todo lo que hago a diario aumentó. Subimos considerablemente la intensidad de todas esas actividades de esfuerzo físico. Estábamos en Nueva Orleans, y Jeremy [Saulnier, guionista, director y productor de Rebel Ridge] había montado un almacén con el equipo de especialistas y todos los implicados en la realización de la versión final de Terry Richmond. Y allí realizábamos entrenamientos de pedaleo en bicicleta, boxeo, lucha, sparring. Hacíamos de todo para ayudar a crear, como equipo, a este personaje.
Por supuesto que consultamos a los Marines y a todo un grupo de personas con esa experiencia vital. Mi conocimiento personal no es ni una fracción de lo que sabe Terry, así que me apoyé mucho en los conocimientos y la experiencia de aquellos que de verdad han vivido esa vida y, sin ellos, no habría sido capaz de crearlo.
Siempre estoy estudiando, siempre aprendo, siempre soy una esponja. Sí, contribuyó a mi desarrollo y a mi aportación a la versión final de Terry Richmond, pero mucho de él está también en el equipo que reunió Jeremy. Es algo más que la experiencia en artes marciales. Es la fortaleza mental que viene de ser un Marine, de ser un instructor del MCMAP. La fortaleza mental que viene con ese mundo es algo que yo no poseo, así que necesitaba aprender qué es eso y cómo puedo tratar lo mejor que pueda de implementar auténticamente eso en un personaje que estoy buscando retratar de manera convincente y auténtica.
La verdad es que no me fijé en ningún otro personaje. Me enfoqué únicamente en el guion de Jeremy, que creo que es irrefutable; Jeremy es un guionista y director fenomenal. Me centré en el guion de Jeremy, me fijé en Jeremy, en nuestro equipo de especialistas, en todas las personas que Jeremy reunió para conformar el equipo de este proyecto. Esos son los lugares en los que busqué. Quería mantener mi enfoque en ese lugar.
Oh, sí, señor. [Se ríe].
Sinceramente, en mi trayectoria personal, nunca me he marcado como objetivo retratar en la pantalla a personajes que tengan un cierto físico. Soy un gran creyente de que lo que está hecho para ti no te va a faltar. Este guion se cruzó en mi mesa, me pareció el siguiente paso correcto y, para mí, era innegable. No hay mundo ni universo paralelo en el que no haría una película de Jeremy Saulnier. He dicho muchas veces, y seguiré diciendo, que es uno de los mejores cineastas vivos que tenemos. Así que apareció este guion, y era Jeremy Saulnier, y por eso me embarqué en este viaje.
Era una manera muy intencionada de comer. Tengo que dar las gracias al departamento de catering, que siempre tuvo la amabilidad de alimentarme y nutrirme durante todo el rodaje con los alimentos necesarios. Todo estaba muy bien preparado, todo era tremendamente limpio y nutritivo. Alimentos integrales. Y les estoy muy agradecido, porque sin una nutrición correcta no se puede mantener la intensidad del entrenamiento que estaba realizando durante ese tiempo.
Lo que más me costó fue mi amor por las galletas, las donas y los pasteles. Al principio fue un reto. Pero después de un tiempo, según mi experiencia, encontré un régimen para mi vida y mi dieta sin ellos. Y una vez que lo encontré, no lo extrañé tanto.
Siempre he hecho todo lo posible por actuar con intencionalidad y especificidad. Podría decir que soy demasiado meticuloso en algunos aspectos de mi vida. Pero algo que aprendí durante Rebel Ridge es a aumentar aún más esa intencionalidad. Así que trato de actuar en el día a día de forma reflexiva, consciente y conectada en todos los aspectos: mental, espiritual, emocional y físicamente. Esa es una zona que frecuenté durante el rodaje, y quería desesperadamente aferrarme a ella. Así que hago todo lo que puedo y trato de conservarla.
He tenido mucha suerte de pasar largas temporadas en Estados Unidos y especialmente en el Sur, y siempre me han acogido y guiado los lugareños. Me encantó la comida. No pude darme todos los gustos que quería durante el rodaje, pero después disfruté de los marisco y los crustáceos de Louisiana. Comí mi primer marisco cocido, que estuvo increíble, y sin duda comí demasiado.
Me encantaría explorar el terreno de la acción mientras pueda dedicarme físicamente a los papeles de la forma en que lo hago actualmente. Me divierto mucho haciéndolo; es muy gratificante. Durante Rebel Ridge no hubo un solo día en el que no tuviera un corte o un moratón, pero me encantaba. Me fascinó. Y quiero aprovechar esta oportunidad en el futuro.
Me encanta Don. Amo a Don.
Aprendí muchísimo de Don. Una de las cosas que hace Jeremy es proteger el momento entre el corte y la acción. Eso permite a sus actores relacionarse entre sí fuera del contexto de sus personajes de una forma adicional. Así que Don y yo discutíamos lo que queríamos conseguir en la escena, cómo queríamos lograrlo, por qué era importante hacerlo. Cuál era el camino más propicio para conseguirlo. Nos reíamos, bromeábamos, hablábamos de asuntos ajenos al trabajo. Hablábamos de la vida. [Johnson] fue muy generoso conmigo, no solo transmitiéndome conocimientos sobre su arte y su trayectoria, sino también sobre la vida. Como un hombre joven, lo absorbí y lo asimilé. Es un amigo muy querido y estoy muy agradecido por haber tenido la oportunidad y el privilegio de colaborar con él.
Soy un gran fan del género de acción y, como ya dije antes, me encantaría seguir formando parte de ese mundo y de esa comunidad. Dos de mis películas favoritas que, en mi opinión, exploran elementos de acción de una forma dinámica son The Equalizer e Inception. Me encanta cómo Inception destaca la acción, pero la combina con un componente psicológico. The Equalizer también lo hace, y da al espectador una idea de la motivación que hay detrás de la acción.
¡Ah!… ¡Safe House! [con Denzel Washington y Ryan Reynolds].
Artículo originalmente publicado en GQ Estados Unidos.