Muchas cosas pueden hacer que los demás te consideren una persona poco inteligente y aunque eso no es el fin del mundo, puede ser una de las razones por las que, por ejemplo, no consigues ese aumento que quieres, no te dan buenas oportunidades en el trabajo y nadie te toma en serio.
La inteligencia se mide y se proyecta de muchas maneras, pero una cosa que debes tener en cuenta es que, muy probablemente, nadie te va a realizar un examen de conocimientos prácticos para saber si eres una persona brillante o no. La manera en la que hablamos, nos expresamos, nos comportamos o las actitudes que tenemos se suelen tomar como medidas de inteligencia, y pueden tener un efecto positivo o negativo en la impresión que causas en los demás.
Algunos expertos incluso dicen que la inteligencia emocional es más importante para el éxito que tener un IQ más alto que el de Albert Einstein, ya que este tipo de inteligencia permite, entre otras cosas, que nos demos cuenta y entendamos que cada detalle puede llegar a causar un impacto en las demás personas, y si no actuamos de manera correcta, el impacto no va a ser el que queremos.
Dicen por ahí que una buena actitud hace una gran diferencia y esto es cierto de muchas maneras. Una buena actitud puede ayudar a que aprendas más, a que vivas mejor y seas más feliz, mientras que las incorrectas no solo van a hacer que te la pases mal, también pueden dar la impresión de que eres poco inteligente.
¿Eres poco inteligente? 5 actitudes que hacen que lo parezcas
Una actitud arrogante
Las personas arrogantes piensan que son superiores a las demás, que lo saben todo y que no tienen nada más que aprender, pero eso es un error grave, ya que no solo evita que sigas creciendo, aprendiendo y desarrollando tus habilidades, sino que lleva a los demás a pensar que en realidad te falta la inteligencia para darte cuenta de que no eres perfecto, todopoderoso o el ser más sabio del universo, y que seguir aprendiendo es un componente básico del éxito, tanto personal como profesional.
La humildad es lo contrario de la arrogancia y es lo que te hace ver como una persona mucho más inteligente e interesante.
Actitud de derrota
La actitud de derrota es la que te lleva a sufrir cada vez que te equivocas, a tirar a la basura tus “malas ideas” y a ahogarte en un vaso de agua, además de que demuestra que te falta resiliencia, trabajar en el aspecto emocional y que probablemente te falta desarrollar la inteligencia, que es lo que ayuda que te des cuenta de que un error no es una derrota o un fracaso, sino una nueva oportunidad y un punto del que puedes aprender muchas cosas.
Si te dejas vencer por cada fracaso, entonces nunca vas a crecer y tampoco vas a aprender nada nuevo.
Negatividad constante
Cuando tienes una actitud negativa constantemente, esta se puede volver contagiosa y tóxica, y las personas tóxicas no suelen parecer inteligentes.
La negatividad se conecta con la actitud de derrota, ya que evita que veas las oportunidades que tienes frente a ti, lo que puedes hacer para alcanzarlas y que encuentres el “silver lining”. Tampoco hay que caer en la positividad tóxica y poco realista, pero una actitud positiva tiene más beneficios, como reducir el estrés, aumentar la resiliencia y la productividad.
Egocentrismo y poca empatía
Tener empatía es esencial para construir mejores relaciones, y tener buenas relaciones aumenta la felicidad y el éxito, o al menos eso dice uno de los mayores estudios al respecto, realizado por Harvard durante más de 70 años.
Necesitas a otras personas para desarrollarse, para trabajar mejor, para cumplir tus objetivos, mantenerte motivado, vivir más años y reducir el deterioro cognitivo, y no es muy brillante pensar lo contrario y enfocarte únicamente en ti mismo.
Tener la mente cerrada y poca disponibilidad para cambiar de opinión
Creer que las cosas con blanco o negro, aferrarte a una postura o a una idea, sin estar dispuesto a retarte a ti mismo, a comprender o a expandir tu mente es una de las señales más clars de falta de inteligencia.
Lo que pasa es que las personas que son realmente inteligentes saben que es imposible saberlo todo, que el cambio es bueno y que las personas más sabias son las que reconocen cuando se equivocan y están dispuestas a escuchar y aprender.