Cada Minuto Cuenta nos lleva a revivir lo que sucedió la mañana del 19 de septiembre de 1985 en la Ciudad de México.
Poco después de las 7 de la mañana, mientras los niños se preparaban para ir a la escuela, las personas llegaban a sus trabajos y la ciudad comenzaba su ritmo normal, la tierra comenzó a temblar con fuerza, causando la caída de edificios, casas y construcciones, y dejando un grado de devastación que nadie podía imaginar.
Ese día, sucedieron muchas cosas por toda la ciudad. Algunos periodistas salieron a las calles para reportar lo que estaba sucediendo, algunas personas ayudaron a sus vecinos como pudieron, otros quedaron atrapados y en espera de rescate, y otros más decidieron usar sus manos y sus cuerpos para poner su granito de arena.
Cada Minuto Cuenta no es solo la historia del terremoto y del pánico que desató, sino que es una serie que habla sobre las personas, sobre la unión ante la tragedia, sobre la fuerza y la lucha por sobrevivir y salir adelante.
Es una serie mexicana donde el foco está puesto en la humanidad, en los pequeños actos de heroísmo y en los muchos cambios inesperados que surgieron en quienes fueron testigos del brutal acto de la naturaleza.
¿Vale la pena ver Cada Minuto Cuenta?
La serie de Prime Video fue hecha con una tecnología especial (similar, aunque no la misma, a la que usó Yorgos Lanthimos en Poor Things), que le permitió a los actores interactuar con un entorno que podían ver y al que podían reaccionar, lo que ayuda a sumar realismo y a transportarnos de vuelta al México del 1985, donde cosas como no contar con teléfonos celulares o redes sociales evitaba que las personas pudieran comunicarse rápidamente con sus seres queridos.
Esta tecnología es interesante, no solo porque ayuda a tener un mejor resultado visual, sino porque permite recrear escenarios, el caos y la destrucción con mayor detalle, y eso se nota.
Una historia con foco en lo humano
Esta es una serie que sin duda va a mover muchas fibras sensibles, ya que cada mexicano tiene un recuerdo, una experiencia o conoce a alguien que estuvo presente durante el terremoto.
Aquí, se cuenta todo desde la perspectiva de las personas, poniendo énfasis en varios personajes clave, un médico que desesperado por ayudar, un grupo de enfermeras que quedan atrapadas en las ruinas de su hospital junto a varios bebés recién nacidos que las necesitan para sobrevivir (esto se inspira en la historia real de los bebés milagro, que lograron sobrevivir varios días atrapados entre los escombros), una aspirante a periodista cuya perspectiva cambia radicalmente después de ver el dolor, la desesperación y la necesidad de las personas, una madre que lucha por llegar a sus hijos, y muchas otras personas comunes y corrientes, que nos muestran cómo fue experimentar el terremoto y cómo se vivieron las horas siguientes.
Osvaldo Benavides es un médico del hospital en el que las enfermeras y los bebés quedan atrapados, mientras que Maya Zapata es una mujer que decide tomar una cámara y hacer un registro de lo que estaba sucediendo, para que nadie pudiera olvidarlo.
“Mi personaje empieza en un lugar aparentemente superficial. Ella es una periodista novata que acaba de salir de Guadalajara, huyendo de una vida que no le parece suficiente, y ella va descubriendo su lugar dentro de esta historia y va encontrando los verdaderos valores de su misión”, dice Zapata sobre su personaje. “Ella es la cronista de esta historia, pero es una cronista que poco a poco se va dando cuenta de lo importante que es comunicar la verdad, sin tener una agenda detrás, la importancia de comunicar desde la libertad”.
Lo bueno y lo malo que surge en tiempo de crisis
Claro que esta es una historia de lucha, de supervivencia, del espíritu inquebrantable de los mexicanos, de los héroes cotidianos y de las buenas acciones que fueron sucediendo a lo largo del día, pero Cada Minuto Cuenta es también una historia de desigualdad, de abusos y de personas que se aprovecharon de la situación para afectar a otras y para obtener una ventaja, como es el caso del personaje de Maya Zapata, una periodista que empieza queriendo usar el dolor de los demás para avanzar en su carrera, pero que tiene una transformación inesperada.
“Ella piensa que tiene que mostrar una gran ambición para conseguir lo que quiere, pero luego se va dando cuenta de que lo más importante es que su cámara sea ese megáfono de las voces de las personas que necesitan ser escuchadas. Eso es un recordatorio del papel que juegan los medios de comunicación”, dice Zapata.
Es una historia que nos recuerda que las buenas acciones pesan mucho, pero que no debemos cerrar los ojos o guardar silencio cuando somos testigos de cosas terribles y de las injusticias.
Es una serie para recordar, para revivir y para hacer énfasis en una realidad clara: cuando algo nos golpea, la única forma de levantarnos,, es juntos.
“En los momentos de caos y de supervivencia, como este, no entran en juego las creencias políticas, no parece importar el género, las ideologías, de dónde venimos o quiénes somos, lo que importa es la comunidad, lo que importa es la situación de vida muerte, y luchar por la vida, en especial por la vida de quienes están indefensos y necesitan de otras manos para sobrevivir, qué es lo que deberíamos hacer siempre. Estos pequeños recordatorios, cuando los vemos a través de estas historias, nos vuelven a conectar con esa necesidad de tener tolerancia, empatía, de recordar que más allá de las cosas que pensamos, lo más importante es mantenernos unidos”, dice la actriz.