Deportes de motor

Así mantienen los mecánicos de F1 su buena condición física

Al igual que los pilotos, los mecánicos de F1 deben estar en forma y mantener un buen rendimiento tanto en los circuitos como fuera de ellos. Este es tu método.
Mecánicos de F1 en pit lane trabajando en pista de carreras de automovilismo
Un buena condición física y excelentes tiempos de reacción son fundamentales en los mecánicos de F1.Timo Ernst

Los mecánicos de F1 son los héroes tras bambalinas, en ese escenario llamado pista de carreras de automovilismo, que muchas veces se dan por sentado como parte de las escuderías. Pero su labor y esfuerzo físico en los circuitos es casi igual de intenso y demandante que el de los pilotos. Quizá no sea evidente, pero ellos también necesitan mantener una buena condición.

Pero primero, hablemos de los protagonistas de las pistas.

Ellos tiene la resistencia de un maratoniano, el cuello de un boxeador, la fuerza de un levantador de pesas olímpico, y la destreza mental de un maestro de ajedrez. Todo esto es lo que se necesita para aguantar en el deporte más exigente que hay. Sí, los pilotos de Fórmula 1 se encuentran entre la élite de cualquier disciplina deportiva. Compitiendo a velocidades de hasta 370 km/h, con fuerzas de hasta 5G –el equivalente a casi 40 kg– presionando contra sus cabezas, Lewis Hamilton y otros conductores de autos de carreras necesitan niveles inmensos de fuerza física y resistencia.

Frenar a estas velocidades equivale a empujar contra 100 kg de fuerza opuesta. Para ir rápido, también necesitan mantenerse delgados, ya que el piloto promedio pesa solo 70 kg, con un 12% de grasa corporal.

Tom Clark, fisioterapeuta del piloto francés Esteban Ocon, señala que para mejorar haciendo lo mismo día tras día hay que conseguir ganancias marginales, “aprovechar lo mínimo que podamos”, ya sea optimizando la nutrición, el entrenamiento físico o el superpoder que a menudo se pasa por alto que es dormir, tanto que Clark está haciendo un doctorado en jet lag.

Entrenamiento y rutina de los pilotos de F1

Tom Clark y Esteban Ocon del BWT Alpine F1 Team durante el Gran Premio de Japón, el 7 de abril de 2024 en Suzuka.Qian Jun/MB Media/Getty Images

Dormir es tan importante porque el tiempo de reacción típico de los pilotos de F1 es de 200 milisegundos, hasta tres veces más rápido que el del ser humano promedio. No puedes reaccionar tan rápido cuando te sientes aletargado. Para Ocon, su habitación tiene que tener la temperatura adecuada. Incluso hubo una época en la que Clark entraba en su cuarto de hotel y cerraba las cortinas con cinta adhesiva para evitar que se filtrara la luz. Ahora Ocon usa un antifaz para dormir.

Cuando no está durmiendo o corriendo, Ocon suele hacer un 50/50 de pesas y cardio. Clark compara el entrenamiento físico con el de un futbolista o un boxeador. “Harás mucho trabajo de fuerza, quizá levantando mucho peso y ejecutando cinco repeticiones o menos. O puede que sean ejercicios en circuito”. En cuanto a correr, tal vez se trate de sesiones de intervalos, o de esforzarse en distancias más lentas, de medio maratón.

“La mayor diferencia entre los atletas de Fórmula 1 y casi cualquier otro deportista es que no puedes practicar tu deporte”, explica Clark. “No puedes conducir un auto de F1 fuera de la temporada”.

En cambio, fuera de la temporada de carreras de automovilismo es cuando los pilotos de F1 trabajan sus tiempos de reacción; una de estas herramientas, parecida al Whac-A-Mole, consiste en golpear luces aleatorias a través de un marco vertical tan rápido como puedan. Jenson Button tiene el récord, con casi dos luces por segundo.

En un auto de F1 de verdad, la cabina llega a alcanzar los 60 grados, y los pilotos pueden perder entre el 3 y el 5% de su peso corporal en sudor, mientras su ritmo cardiaco se dispara –hasta 180 pulsaciones por minuto, parecido al de un corredor de maratón de élite.

Pero, mientras que los pilotos lo tienen difícil con la temporada que actualmente se extiende a 24 carreras, los mecánicos de F1 que conforman las escuderías lo tienen posiblemente igual de complicado, y se está transformando en un trabajo cada vez más físico.

El esfuerzo físico de los mecánicos de F1

La cantidad de energía que requieren los mecánicos de F1 es equiparable a la de los pilotos.Timo Ernst

Alan Hazlett, fisioterapeuta del garage crew de Alpine, pelirrojo y ambicioso, aporta sus 15 años de experiencia en el futbol a su nuevo rol de poner en forma al equipo de mecánicos de la escudería francesa.

En los días previos al Gran Premio de Bakú, el equipo no para de probar la configuración del coche, a menudo cambiando piezas a la velocidad del rayo. Sustituir los neumáticos es un trabajo particularmente físico: un hombre tiene que levantar todo el vehículo con un gato, otros ruedan enormes llantas hasta colocarlas en su sitio. Para las modificaciones más largas, en las que los automóviles se introducen en el taller, habrá una persona por neumático encargada de mantenerlo caliente dentro de una funda de velcro. Quizá parezca una operación militar, pero no es perfecta. Inevitablemente, la gente se interpone en el camino de los demás. Los cables se enredan en los obstáculos.

Hazlett se incorporó al final de la temporada 2023 y admite que todavía es mucho trabajo en curso. “Básicamente se trata de aplicar políticas y procedimientos que permitan a la gente intentar ser lo más parecido a su mejor yo cuando trabajan aquí con nosotros”, afirma.

Para ayudarles a mantenerse mental y físicamente en forma, Hazlett les hace practicar ejercicios de futbol tradicionales, llamando al equipo del taller a la calle de boxes (pit lane) para que participen al menos una vez al día, independientemente de lo ocupados que estén. En uno de los ejercicios, el equipo se arrodilla sobre cuatro conos de colores diferentes. A través de unos auriculares, Hazlett les da instrucciones, básicamente llevando las manos del equipo a la cabeza, las rodillas o los dedos de los pies en un orden aleatorio, y de repente les pide que agarren dos conos de colores. El último en hacerlo, pierde. En otro ejercicio, aplauden al ritmo de una pelota que rebota.

El entrenamiento físico es parte de las actividades diarias de los mecánicos de F1.Timo Ernst

Hazlett comenta que su papel ha crecido desde que se incorporó, y que ahora tiene una visión más holística del cuidado del equipo mientras están en la pista y cuando están en casa, haciendo hincapié en el sueño, la fatiga y la nutrición.

Como parte de su rutina matutina, Hazlett se reúne con cada integrante del equipo, les pregunta cómo se encuentran y repasa el programa del día. Parte de esto implica preguntar qué se va a servir para comer ese día y qué snacks tienen disponibles en el taller.

Cuando llegó por primera vez, cuenta que los refrigeradores del taller estaban llenos de chocolate y refrescos, que rápidamente cambió por opciones más sanas con mayor énfasis en los electrolitos –incluso estar de pie en el taller durante 10 minutos confirma que sí, hace mucho calor allí dentro. Es difícil imaginar cómo es un turno de 13 ó 14 horas en un lugar mucho más caluroso, como Singapur, que, debido a las altas temperaturas, Hazlett describe como “asqueroso para trabajar”.

La preparación física del equipo es crucial para la victoria en la pista.Timo Ernst

El equipo también lleva actualmente monitores de actividad física mientras trabaja y cuando está en casa, de modo que Hazlett es capaz de comentar los problemas concretos que puedan tener, o ver qué alimentos ayudan a cada integrante a dormir mejor, a recuperarse o a aclimatarse tras viajar a su décima zona horaria del mes.

“Estos hombres no fueron contratados para ser atléticos, pero hay un componente muy físico en ciertas partes de su trabajo”, explica Hazlett. “Es muy difícil conseguir el equilibrio adecuado. Nos fijamos en el aspecto global del rendimiento humano. Necesito que estén sanos y que duren mucho tiempo en esto”.

Esto implica sesiones de PowerPoint sobre los ciclos de alimentación y la montaña rusa del azúcar, pero sobre todo Hazlett considera importante que el equipo entienda por qué está haciendo algo, y por qué es importante. “Les digo: ‘Quiero que estén más sanos para que cuando vuelvan a la vida familiar sea más fácil adaptarse a cuestiones como el jet lag, no les pido que se vean como la portada de una revista para hombres’”, destaca.

Algunos miembros del equipo llevan su bicicleta, y uno de ellos bromea diciendo que tienen el Strava –app para grabar rutas y entrenamientos– más interesante del mundo: todos los circuitos de F1. A otros les gustan las rutinas de CrossFitt y Hazlett siempre se esfuerza por encontrar el Box más cercano para que todos vayan a entrenar juntos por la mañana. Después del trabajo, suele haber también una carrera en equipo alrededor del circuito.

Algo que quizá no haya hecho tan popular a Hazlett es el uso del análisis biomecánico, grabando en video el desempeño del equipo y analizando lo que cambiaría. “Si lo miras hoy, verás que un gunman está muy agachado. Tiene que reaccionar rápidamente y luego quitarse de en medio”, explica Hazlett. “Es una posición verdaderamente incómoda. Al final de la temporada pasada, teníamos un gunman con una lesión de rodilla que mostraba muchas dificultades para ponerse en esa posición, así que lo primero que pensamos fue ‘hay que cambiarlo de sitio’”.

Hazlett hizo pruebas para ver qué grupos musculares serían más beneficiosos para cada posición. Se cambió al integrante por alguien más capaz de mantener la posición. Luego probó a todo el equipo, incluyendo evaluaciones de amplitud de movimiento y tiempo de reacción para obtener un “plano de cada persona”. Ahora, los miembros son sustituidos si no rinden, lo que fomenta la competencia y el trabajo arduo. Pero Hazlett admite que “no era la persona más querida como recién llegado”.

Al igual que la escudería Alpine en general, su garage crew y sus mecánicos de F1 aún tienen margen de mejora, pero este enfoque replanteado y reestructurado de la salud y el rendimiento ya está dando sus frutos. Como concluye Hazlett: “Este año se ha dado un gran paso adelante en la constancia”.

Artículo publicado originalmente en British GQ.