Una vez más, Dolce & Gabbana Alta Sartoria detuvo y acelero el pulso de la moda masculina. Como en cada celebración orquestada por este binomio legendario a la más alta sastrería y todo lo que ello conlleva, especialmente el fatto a mano que tanto se ha encargado de ensalzar a lo largo de su trayectoria, obtuvimos a cada instante un torbellino de emociones y homenajes. Primero, una mezcla de fantasía e historia que nos hace soñar con todos los mundos posibles a nuestro alcance —y que viven en el alma de esta casa sin igual—. Después, tenemos el siempre emotivo enaltecimiento de las tradiciones italianas que Domenico y Stefano siempre impulsan, demostrando la riqueza espiritual y artística en las tradiciones e indumentaria de Italia en su completud. En suma, un viaje de sofisticación, misticismo, sensualidad y lujo.
Para esta ocasión, lo que cada vez más se conoce como la semana de la moda de Dolce&Gabbana, una fiesta en torno a la creatividad, el diseño, la sastrería y la joyería en sus expresiones absolutas de perfección, se tuvo cita en Cerdeña. Por ello, con un desfile enclavado en la costa sur de esta isla italiana, vimos una familia de diseños que evocan la religiosidad de la zona, así como sus demás herencias técnicas, artesanas, de oficio y sociales. En cada look, claves que nos remiten al corazón fascinante de su lengua —una de las más conservadoras que derivan del latín—, el paisaje que se dibuja con las nuragas en este horizonte, los trajes típicos —que alguna vez comunicaron el estatus de cada persona en la sociedad— y su fuerte devoción católica.
La casa explica: «Alta Sartoria se inspira en el Festival de Sant'Efisio y en el folclore sardo, tanto en la elección de motivos decorativos y materiales, como en la artesanía. Los diseños florales, ejecutados en petit point, ganchillo, o bordados con cuentas de corneta, cristales, azabache y cannetille, evocan la infiorata de Sant'Efisio, una tradición de esparcir pétalos de rosa en las calles de Cagliari durante las celebraciones del santo».
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Asimismo, podemos ver espléndidas referencias y revisitaciones desde una perspectiva contemporánea al valor artístico que tienen los trabajos a mano sardos, como el tejido en algodón, lana y lino. Específicamente, para tapices —que nos quitaron el aliento en esta reinterpretación que tramó el dúo creativo—, alfombras, cojines y cortinas. Si abrimos bien los ojos, allí están también ricos en broches y botones de filigrana de un gusto tan refinado como tradicional.
«Al igual que los trajes sardos son muy diversos, reflejando las diversas civilizaciones que han habitado la isla a lo largo del tiempo, esta colección ofrece una amplia gama de tejidos: desde el muaré hasta los encajes adornados con elegantes volantes, pasando por los terciopelos más finos bordados con hilos decorativos enrollados en oro que rinden homenaje al tradicional bolero popular», puntualiza la firma.
Como en cada edición, un sueño italiano que se materializa en una de las colecciones más imponentes jamás vistas por nuestros propios ojos: Dolce & Gabbana Alta Sartoria.