La ciencia ha descubierto que existen varios pilares de la longevidad, que son factores clave que pueden ayudar a sumar años de vida a las personas, pero que también hacen que esos años extra tengan una mayor calidad, con más salud, bienestar y buenas condiciones físicas y mentales.
Cuando se habla de longevidad, lo que se busca no solo es llegar a los 100 años o a superarlos, sino encontrar las maneras de envejecer más lento y de manera más funcional, para que podamos mantenernos bien con el paso de los años, y por eso se dice que tener buenos hábitos y estilo de vida es indispensable.
No se necesitan tratamientos extremos o caros, o métodos demasiado radicales, pero sí es importante cuidar cosas como la actividad física, las horas de sueño y la salud mental, ya que todo esto contribuye a que podamos vivir más y mejor.
El Dr. Peter Attia es uno de los mayores expertos en temas de longevidad en la actualidad, y en su blog y libros, él ha hablado sobre los pilares que ayudan a aumentar la longevidad, pero también la calidad de vida.
¿Cuáles son los pilares de la longevidad?
La salud física y la salud emocional (y mental)
Movernos más es esencial para poder vivir más, pero Attia dice que no solo hay que cuidar el cuerpo, también hay que cuidar la salud mental y emocional, ya que esto permite que podamos vivir con menos estrés, que seamos más felices y resilientes.
En cuanto al ejercicio, Attia dice que no solo importa la cantidad, sino también los tipos de ejercicios que realicemos. El experto dice que hay que hacer entrenamientos de estabilidad, de fuerza, entrenamiento aeróbico/zona 2 y entrenamiento anaeróbico/zona 5, todo esto para mantener la fuerza, la masa muscular, la movilidad y la condición física. Los ejercicios de estabilidad y los ejercicios de fuerza son indispensables.
Los buenos hábitos
“Mi opinión es que cualquier fecha es buena para un cambio, si es el cambio correcto”, dice Attia, refiriéndose a que nunca es tarde o demasiado pronto para empezar a agregar buenos hábitos a nuestras vidas.
Attia dice que podemos inspirarnos en los Hábitos Atómicos de James Clear, como herramientas para mejorar nuestra salud, calidad de vida y expectativa de vida. Cosas como ejercitarnos, dormir bien, leer, meditar y pasar tiempo con amigos han demostrado ser buenos hábitos que promueven la longevidad.
Bioquímica Nutricional y salud metabólica
La bioquímica nutricional se refiere a qué comes, cuándo comes y cómo comes, no es exactamente una dieta, sino una forma de comer que aporta más beneficios.
Attia dice que debemos preguntarnos cómo podemos usar la nutrición para tener una mejor salud metabólica y que “replantear el objetivo hacia la salud metabólica es un punto de partida fundamental. A partir de ahí, puedes combinar los principios generales de la ciencia de la nutrición (como la cantidad de proteína necesaria) con estrategias de personalización (como usar un MCG para controlar los niveles de glucosa) para crear un plan de nutrición que se adapte a ti”.
Lo importante es que entiendas qué necesitas para poder darle a tu cuerpo una alimentación que realmente lo beneficie y le aporte los nutrientes y calorías correctos.
Dormir bien
Como muchos otros expertos, Attia confirma que dormir bien es esencial para la longevidad, y no solo se refiere a tener suficientes horas cada noche, sino a tener buenas prácticas que permitan descansar mejor, como dejar las pantallas unas horas antes de dormir y cenar más ligero.
Además de ayudar a que el cuerpo pueda realizar procesos de reparación esenciales,
“dormir bien, tanto en cantidad como en calidad, es fundamental para nuestra función cognitiva, nuestra memoria e incluso nuestro equilibrio emocional”, dice Attia.
Acompaña con suplementos
“En nuestra práctica, organizamos las tácticas de longevidad en cinco dominios, uno de los cuales llamo “moléculas exógenas”, una forma elegante de hablar de medicamentos, suplementos, hormonas o cualquier otra molécula formulada que introduzca en su cuerpo”, dice Attia en su blog.
Para encontrar los suplementos adecuados para ti, Attia recomienda hacerte 3 preguntas: ¿Cuál es mi objetivo?, ¿Cómo planeo personalizar, seguir y ajustar el tratamiento a lo largo del tiempo?, ¿el riesgo supera a la recompensa?