Emitido el domingo 6 de abril, el episodio final de The White Lotus 3 tuvo su ración de sorpresas, algunas más inesperadas que otras. Sin entrar en un debate sobre el destino de cada uno de los personajes de la serie de Max, intentaremos responder a una pregunta crucial: ¿qué perfume se pondría cada uno de ellos durante su estancia en este paraíso mortal?
Advertencia: este artículo contiene información sobre el final de la tercera temporada de The White Lotus. Léelo bajo tu propia responsabilidad si aún no has visto el desenlace de la serie.
Timothy Ratliff: Original Vétiver de Creed
Los hombres que trabajan en finanzas usan los mejores perfumes Creed. Y eso es un hecho. En este caso, podemos imaginarnos perfectamente que Timothy es fan del Original Vétiver de Creed, una fragancia de autor que debió de aportarle un poco de frescura durante su intensa estancia en Tailandia. La ha usado durante 15 o 20 años, pero a su regreso a casa es más que probable que tenga que despedirse de ella.
Victoria Ratliff: Joyeuse Tubéreuse de Guerlain
¿Recuerdas la escena en la que la madre de Saxon, Piper y Lochlan aspiran el aroma de un pequeño frasco de perfume con notas verdes y nardo? Le gustan los aromas delicados y sofisticados –y caros–. Por eso prefiere Joyeuse Tubéreuse, una fragancia de la colección L’Art et La Matière de Guerlain.
Saxon Ratliff: Aventus de Creed
Es evidente que el hijo mayor de la familia Ratliff compra su perfume en la misma tienda que su padre. Eso sí, opta por la fragancia más hippie de la marca, la que mejor transmite la frescura y virilidad que le impulsan al inicio de la temporada: Aventus de Creed. Todo un fenómeno, se ha convertido en la fragancia masculina de toda una generación. Pero con tanta intensidad al final, Saxon olvidó su frasco en el hotel y no podrá volver a usarlo.
Piper Ratliff: Blanche de Byredo
Al final, no pudo decidirse a abandonar su lujoso estilo de vida de comida 100% orgánica, ropa de diseñador y sábanas de seda por una modesta rutina diaria. Su breve búsqueda de la espiritualidad pudo abrirla a nuevos horizontes olfativos, pero al final no fue así. Seguirá llevando su fragancia favorita de chica aseada: Blanche de Byredo.
Lochlan Ratliff: ninguno
El integrante más joven de la familia Ratliff no usa perfume por miedo a llamar demasiado la atención. “Soy alguien que intenta agradar a todo el mundo en una familia de narcisistas”, comenta en la serie. La forma más fácil de no disgustar a nadie es permanecer neutral. Sin embargo, antes de la velada en el yate, volvió a las andadas: tomó prestado el perfume de su hermano.
Rick Hatchett: Eau Sauvage de Dior
Siempre ha sido fiel a la misma fragancia, Eau Sauvage de Dior, sea cual sea el contexto, el estado de ánimo o el clima. Chelsea casi lo había convencido para que cambiara por fin y optara por uno de los mejores perfumes de larga duración para hombre, pero el tiempo se les acabó.
Chelsea: Voodoo Chile de Dries Van Noten
Chelsea es el personaje menos superficial y más ingenioso de la tercera temporada de The White Lotus –lo que no es poco–. Lógicamente, opta por un perfume menos convencional que los demás: huele a cannabis y pachulí. No es frecuente encontrarse con alguien con un aroma así, y es garantía de que lo recordarás.
Greg Hunt: Molecule 01 de Escentric Molecule
Para pasar desapercibido, Greg/Gary evita las fragancias con un aroma fuerte y abrumador. Antes de exiliarse en Tailandia, se aprovisionó de frascos de Molecule 01 de Escentric Molecule. Poco conocida por la mayoría de la gente, este perfume solo contiene un ingrediente: una molécula sintética amaderada-floral llamada ISO E Super. Tiene algo evasivo en ella.
Chloé: Thé Noir 29 de Le Labo
La sensual novia de Greg, que se hace amiga de Chelsea a lo largo de esta temporada de The White Lotus, seguramente usa Thé Noir 29, la fragancia más adictiva de Le Labo.
Valentin: Le Mâle de Jean-Paul Gautier
Valentín tomó –o mejor dicho, robó– este frasco mientras huía de su país natal y todavía lo usa. Al parecer, sigue le sigue funcionando bastante bien, sobre todo con las huéspedes.
Artículo publicado originalmente en GQ Francia.