Cómo ser más guapo es una de las preguntas fundamentales que a muchos hombres nos aqueja a diario. Una cuestión que a veces nos apremia con seriedad y en otras ocasiones no tanto, pues —afortunadamente— hoy estamos descubriendo cómo renunciar (por fin) al estereotipo de atractivo “masculino” que durante tanto tiempo nos enseñaron a valorar y a tender: ese tipo alto, delgado, musculoso, blanco, de cabello castaño, rostro anguloso y ojos claros. Pero que a pesar de ello puede llegar a ofuscarnos; sobre todo, si no tenemos muy claro cómo sacar ventaja de nuestros propios rasgos y personalidad cuando se trata de conquistar a alguien más.
Y aunque ahora tenemos una comprensión mucho más amplia de la belleza y de la singularidad, apreciando con nuevos ojos que cada uno de nosotros cuenta con un atractivo particular, siempre conscientes de que habrá alguien quien haga match con lo que somos, vaya que SÍ podemos darle un “empujoncito” a la manera en que nos vemos para sentirnos realmente cautivadores y —ejem— ¿hermosos? Más que eso, te lo podemos asegurar.
Conseguirlo es muy fácil y ya lo verás. Sólo necesitas poner en práctica costumbres básicas en tu arreglo que potenciarán todo eso que ya traes contigo; especialmente, porque son hábitos o cualidades de un estilo en verdad MODERNO que te darán un look actual y de un hombre que sabe a la perfección en qué época vive. Toma nota, que nuestros expertos en GQ le pusieron gran empeño a esta lista sólo para ti.
Se arriesga en sus combinaciones (seguridad = sexyness)
Nada más sensual que un hombre rebosante de confianza. Y para ello los riesgos de estilo son la mejor fórmula. Si a la fecha no te has “atrevido” a usar, por ejemplo, un saco o blazer con pantalones cortos —y créenos cuando enfatizamos el término CORTOS—, ya va siendo hora. El punto está en coordinar estampados, colores y texturas para conseguir una suerte de irreverencia casual con tus pendas. Piénsalo: no hay nada de difícil en ello. Usas shorts en un día cualquiera. Te pones un saco cuando necesitas darle un upgrade a cualquiera de tus atuendos. Mezclarlos no es nada del otro mundo si le dedicas unos minutos de reflexión. Sin embargo, el mensaje que arroja esta decisión es el correcto cuando se trata de atractivo y de un hombre que sabe de moda.
Va por el vintage
Ya sea en jeans –muy rectos y americanos como para poder lograr un outfit inspirado en la década de los 90— o con un traje de plaid para un look geek, por ejemplo, el hombre más moderno de todos usa prendas que fueron un hit en el pasado para proponer su propia versión de estilo. Una decisión que incrementará tu atractivo y dejará muy en claro que piensas con detenimiento cómo vestirte cada que sales de casa.
Vigila un fit relajado
El ajuste es el elemento fundamental del buen estilo, sí o sí. Desde un pantalón hasta las chamarras y gorros que le acompañan en el día a día, un hombre guapo hace que toda su ropa “encaje” a la perfección con su tipo de cuerpo. No importa si es un corte oversized o loose; todo es de su talla correcta. Eso sí, para que hablemos realmente de MODERNIDAD, los cortes slim y skinny están reducidos al máximo en su armario.
No le tiene miedo a mezclar streetwear con ropa casual
Esto se puede entender fácilmente como la combinación básica de trajes con tenis, con camiseta interior (tank), shorts con zapatos de vestir; y un largo, largo etcétera de posibilidades que reúnen lo mejor de la escena urbana y de los marcos más conservadores del guardarropa masculino. Vivimos en la época en que mezclar estilo es signo de seguridad y de atractivo. Éste es un punto clave para responder a cómo ser más guapo en la actualidad.
Tiene una mentalidad abierta y sin género
Para el hombre moderno y sexy todo se trata de actitud. No compra marcas de lujo sólo para lucirse ni se mantiene cerrado a las nuevas tendencias. Tampoco descalifica propuestas de moda sólo porque no van con su personalidad ni le “hace el feo” a la ropa de segunda mano. Investiga y reflexiona cómo puede mejorar su guardarropa, siempre. Sabe que el estilo no proviene de tal o cual marca, de una billetera inmensa ni de una forma de vestir en particular.
