
15 relojes automáticos para todos los bolsillos y lo que debes saber de ellos
Te presentamos una guía básica con los cuidados y peculiaridades de los relojes automáticos, además de una selección con los mejores modelos para todos los presupuestos.
Como amante de la relojería, probablemente en algún momento te preguntes sobre su funcionamiento y debes saber que nueve de cada diez veces se trata de relojes automáticos (al menos en lo que respecta a las piezas de lujo).
Aunque la composición precisa de los pequeños engranajes, muelles y otros innumerables componentes de un reloj desciende rápidamente a niveles avanzados, no se necesita un título universitario para apreciar los principios básicos de los relojes automáticos. Y pese a que no es necesario saber cómo funciona el reloj para disfrutar de su uso, hay cosas muy interesantes en él.
A continuación, te ofrecemos un resumen básico, junto con nuestras mejores selecciones de relojes automáticos para todos los presupuestos, desde elegantes relojes de vestir y cronógrafos de fabricación suiza hasta relojes de buceo retro y clásicos de acero inoxidable.
¿Qué es un movimiento automático?
Los movimientos de los relojes mecánicos se dividen en dos categorías básicas: de cuerda manual y automáticos. Antes de la invención de los relojes automáticos de pulsera en la década de 1920 (y mucho antes de la invención de los movimientos de cuarzo a pilas en la década de 1960) todos eran de cuerda manual. Eso significaba que había que manipular manualmente el reloj todos los días para que siguiera funcionando. Un reloj automático (también llamado de cuerda automática) no necesita esto porque se da cuerda automáticamente con el movimiento de tu cuerpo mientras lo llevas puesto.
¿Cómo funciona exactamente?
La mayoría de los relojes automáticos se dan cuerda a sí mismos a través de un rotor ponderado, que podrás ver si tu reloj tiene un fondo de caja transparente (es la pieza en forma de media luna que hay en la parte superior).
Cuando usas el reloj y te mueves, el rotor da cuerda a un muelle que hace girar las agujas, la rueda de la fecha y todo lo que se acciona dentro de él. Para evitar que tu reloj se detenga cuando estás sentado (o cuando te lo quita por la noche), los relojes automáticos también almacenan el exceso de energía y la liberan lentamente durante horas o días mientras el rotor está parado. Esto se denomina “reserva de marcha” y suele oscilar entre 40 y 80 horas, aunque algunos llegan a una semana o más. Son útiles si no usas el reloj todos los días y no quieres tener que volver a ajustar la fecha y la hora cada vez que te lo pones, sobre todo en los modelos con calendario anual o perpetuo, que pueden ser complicados de ajustar.
¿Hay algún inconveniente en los relojes automáticos?
No es un inconveniente en sí mismo, pero requieren cierto mantenimiento. A diferencia de un reloj de cuarzo, que solo necesita una pila nueva cada pocos años, un reloj mecánico es una máquina muy bien afinada que consta de muchas piezas minúsculas calibradas con precisión. Los fabricantes de relojes han hecho grandes avances en materia de resistencia a los golpes y al agua a lo largo de los años, pero un movimiento mecánico no puede soportar más que un cierto grado de abuso. Y esa es la cuestión: las reparaciones de los relojes automáticos pueden ser caras.
¿Cuál es la mejor manera de mantener los relojes automáticos en buen estado?
Si cumples con el programa de mantenimiento recomendado por el fabricante (necesitarás una revisión y lubricación cada 4 a 10 años, según la marca y el modelo) y no tienes la costumbre de llevarlo al sauna, probablemente estará bien. Tanto si se trata de un modelo de 200 dólares como de un grial de 200,000 dólares, los relojes automáticos están diseñados para ser usados, por lo que la mejor manera de cuidar tu reloj es usarlo tanto como sea posible.
Artículo publicado originalmente en GQ US.