En tan solo 24 horas, todo tenía que suceder. Iba a viajar a Cupertino, California, para asistir a la presentación del iPhone 16, y no les voy a mentir: la emoción me carcomía. Estaba a punto de ser testigo de otro hito en la historia del iPhone, como si estuviéramos celebrando los "Sweet 16" de este ícono de la tecnología. Si – dije sweet 16– perdón.
Como muchos saben, soy un gran fan de los productos de Apple. Como creador de historias que siempre busca las mejores herramientas tecnológicas, no podía perderme este lanzamiento, y menos de la mano de Tim Cook. El simple trayecto a Cupertino ya es emocionante. Llegas a San Francisco, tomas el shuttle y, tras unos 40 minutos, te encuentras en Sunnyvale cerca de Cupertino California, el corazón de la tecnología. Desde el primer momento se respira innovación. Los edificios y espacios públicos, te recuerdan constantemente que estás en la cuna del desarrollo tecnológico.
El paraíso de Apple
He tenido la suerte de visitar Apple Park en varias ocasiones, pero cada vez que lo hago es como si fuera la primera. Su diseño, su magnitud, su arquitectura... siempre impresionan. Lo que Apple ha logrado con este espacio es algo único: no solo es increíble a nivel visual, sino que se siente completamente en armonía con su entorno. Cada detalle está cuidado, y te queda claro que solo Apple podría haber creado algo así.
Un día antes de la presentación, asistimos a un evento de bienvenida en Apple Park. Entre canapés y cócteles se asomo el mismísimo Tim Cook. No podia la perder la oportunidad de charlar con este icono, siempre será emocionante encontrarte con el líder de una de las empresas más influyentes del mundo. Para mí, como creador de contenido, el iPhone es una herramienta fundamental, así que tener este tipo de encuentros es invaluable. Intente sacarle secretos sobre el futuro de la empresa y fracase, pero las risas no faltaron. Y aunque me quedé con ganas de preguntarle si “Does Tim Cook… Cook?”, preferí guardarme el chiste para otro momento.
Me hospedé en el hotel Nobu de Palo Alto, y aproveché la noche previa a la gran presentación para disfrutar de unos nigiris. Finalmente, llegó el momento. Entrar al Steve Jobs Theatre fue una experiencia indescriptible. Estar en el lugar donde se han presentado todos los iPhones desde septiembre del 2017 y presenciar los próximos pasos de la compañía fue algo único.
El iPhone 16 trae consigo innovaciones muy emocionantes. El nuevo chip A18, por ejemplo, ofrece una mejora notable en el rendimiento. Esto se nota al momento de usar varias apps al mismo tiempo. Para alguien como yo, que con TDAH brinco de app en app, es una gran optimización. Todo fluye con más rapidez, desde los juegos hasta la edición de videos.
Hablando de videos, la cámara Fusión de 48MP en los modelos Pro me impresionó. Graba en 4K a 120 fps con Dolby Vision, lo que hace que mis videos parezcan sacados de una producción cinematográfica. Ya es un nivel de resolución y cuadros de cámara profesional. Por otro lado, ¡tenemos un nuevo control! Automáticamente manejas cámara, te permite ajustar configuraciones, hacer zoom y acceder a varias funciones de forma súper intuitiva. En cuestión de segundos, ya estás listo para crear contenido. Para capturar cosas de la forma más auténtica este control será una gran herramienta.
También probé el nuevo feature de Audio Mix, que te permite editar el sonido después de grabarlo, dándole un toque mucho más profesional. Y el audio espacial es simplemente impresionante, especialmente si lo usas con los AirPods o el Apple Vision Pro. La experiencia es envolvente, más realista. Además, Apple sigue comprometido con desarrollar productos que apoyen a quienes tienen necesidades auditivas especiales.
Aún me queda mucho más por explorar del iPhone 16, pero si algo queda claro es que Apple continúa empujando los límites de lo que es posible.
