GQ HYPE

Roger Federer: la envidiable vida de un ex tenista profesional

A casi dos años de su retiro del tenis, Roger Federer ha encontrado un ritmo de vida diferente, nuevo y emocionante, lleno de retos. Ahora, en su entrevista más completa desde que anunció su despedida de las canchas, Federer reflexiona sobre sus antiguos rivales, sus renovadas pasiones y nuevo sentido de urgencia que lo impulsa.
Roger Federer con abrigo caf y camisa de rayas
Roger Federer pasó de ser una leyenda del tenis a convertirse en una estrella global.Lachlan Bailey

En 2022 se retiró de la pista, pero Roger Federer sigue en el centro de la escena.

La residencia Sheats-Goldstein, situada en la parte alta de Beverly Hills, es una maravilla diseñada por John Lautner que incluye una cancha de tenis, un estanque de peces y, desde la sala principal, una vista panorámica de Los Ángeles, que está entrando en la primavera. Aunque el propietario de la casa, Jimmy Goldstein, se comprometió en 2016 a donarla algún día al LACMA, todavía hay fotos de Goldstein con varias personalidades —Bill Clinton, Karl Lagerfeld y Drake, entre otras— colgadas en las paredes, y una pila de CDs usados (Pure Pacha Summer 2014, Club St. Tropez 2006) que se asoma en una esquina de la habitación. Aquí es donde filmaron esa escena de El gran Lebowski en la que Jeff Bridges se recuesta en un sofá modernista hasta quedarse dormido tras beber un White Russian bastante cargado. Ahora, Roger Federer está justo en el mismo sitio en el que se sentó Bridges, disfrutando de la gran vista.

No ha visto la película, según dice, aunque ha escuchado que fue un “gran éxito”. Sin embargo, conoce bien la casa porque una vez filmó aquí algo para una marca de champán, lo cual es algo muy natural en el universo de Roger Federer. En persona, es ligeramente más alto de lo que uno podría pensar y sus ojos son un poco más avellana. A sus 42 años, sigue moviéndose con la misma gracia y eficacia que cuando era tenista profesional, aunque cuando nos levantamos del sofá donde hemos estado hablando, ambos emitimos exactamente el mismo gemido (sin importar que Federer haya jugado más de 1,500 partidos como profesional y ganado 20 Grand Slams, y que yo únicamente sea un tipo que vio esas victorias desde la comodidad). “Mi espalda estaba bien ayer”, dice Federer, riendo mientras me da unas palmaditas en la espalda.

Anoche, Federer asistió por segunda vez a la ceremonia de los Oscar (la primera vez fue en 2016, “cuando Leo ganó por The Revenant” —otra cosa muy Roger Federer de decir—). Incluso antes de su retiro durante una noche llena de lágrimas en la Laver Cup de 2022, Federer ha mostrado un interés poco común en un atleta profesional, fuera del universo deportivo. Ha sido durante varios años un protagonista frecuente en las alfombras rojas, desde Wimbledon hasta la MET Gala. “Conozcovarios jugadores que se mueven del hotel, al club, al hotel, al club, [piden] comida a la habitación, ven deporte todo el día y ya está”, confiesa Federer. Éste no era, ni es, el camino a seguir para el suizo. Roger es un tipo sociable y curioso. Desde que se retiró, en parte por una lesión en la rodilla izquierda que lo obligó a someterse a varias operaciones, ha viajado con frecuencia de su natal Suiza a Tokio, Tailandia y Sudáfrica con su esposa y sus cuatro hijos, y ha probado suerte en el diseño, más recientemente con la marca californiana Oliver Peoples, con la que esta semana lanza una refinada línea de lentes de sol.

“Yo no lo llamo declive, son únicamente las luchas, supongo. Pero ahora soy feliz. Es una vida totalmente diferente”.Lachlan Bailey

Un año y medio después de iniciar su nueva vida, se muestra reflexivo, pero parece seguir impulsado por esa potente mezcla de naturalidad y concentración lo identificaba como jugador. “Quedarse en limitado universo del tenis no es suficiente”, afirma Federer. “Salir, conocer gente y hacer cosas diferentes me resulta muy atractivo, aunque antes me daban pavor las alfombras rojas, las charlas triviales y todas esas cosas”.

¿Cómo te va con el retiro?

Me siento realmente aliviado.

¿Aliviado en qué sentido?

Me refiero a que, enlos últimos años han sido complicados por mi rodilla. Era claro que se acercaba el final. Así que cuando ya está todo dicho y hecho y has cruzado la línea y estás oficialmente retirado, respiras hondo y dices: “Wow, listo, eso estuvo bien”.

¿Entonces la emoción no era tristeza o pesar, sino felicidad?

En ese momento, fue sufrimiento. Porque sabía que iba a ser duro: el momento del retiro en Londres, todo lo que condujo a él. Y luego, por supuesto, te llegan flashbacks un poco más tarde, cuando revives momentos o la gente te pregunta: “¿Cómo te sentiste en ese preciso instante?” Y te muestran un determinado momento. Piensas, “Oh, Dios, ¿de verdad tengo que ver eso otra vez?”.

Estabas a punto de llanto esa noche

Sí, es emotivo. Algo que siempre ha estado contigo se ha ido y se irá para siempre, y no puedes recuperarlo por más que lo desees. El tren ha dejado la estación. Está bien, y quiero que sea así, pero por supuesto no puedes irte de un día para otro y decir: “OK, aquí no pasó nada, esto es fácil”.

¿Dirías que finalmente obtuviste el cierre que estabas esperando?

Definitivamente. Incluso mejor. Siempre me ha aterrorizado el momento en el que juegas y se acaba el partido, nos damos la mano y el rival se aleja o se queda por ahí, tomas el micrófono, estás solo en la cancha, algunos de tus amigos están en las gradas, pero nadie sabe si vas a perder en la primera ronda o si vas a perder la final o lo que sea. Así que no todo el mundo puede estar allí. No todo el mundo sabe que ese día va a ser el final. Entonces terminas diciendo “está bien”, y luego hablas. Eso es todo. Boom, cambio, y luego el siguiente partido y el espectáculo continúa.

¿Pudiste imaginar tu vida en el retiro mientras jugabas?
“Estoy contento de no haber tenido un declive al final”.Lachlan Bailey

Todo el tiempo hay pensamientos mientras vas en el auto de camino a entrenar o lo que sea y miras hacia afuera y piensas: “Ok, ¿cómo será el retiro?¿Dónde me voy a retirar? ¿Cómo me voy a retirar? ¿Cuánto tiempo más podré jugar?”. Esas preguntas recorren naturalmente tu mente cuando piensas en tu vida y en tus hijos y en el rumbo que va a tomar el viaje. Pero creo que todos los jugadores se las plantean. Me llevan preguntando por el retiro desde 2009, cuando gané el Abierto de Francia e igualé el récord de Sampras [14 Grand Slams]. La gente dice: “¿Qué más queda por conseguir?”. Y yo les decía: “Buena pregunta. No lo sé. Pero me encanta jugar y ya veremos a dónde me lleva”.

Toda tu vida, te identificas de una manera. Te dices: “Soy tenista profesional, esa es mi identidad”. Pero un día ya no lo eres.

Ya no lo eres. Estás retirado. Te preguntan: “¿A qué te dedicas?” [Yo respondo:] “No lo sé”. Estoy retirado. Es extraño.

¿Existió ese momento en que estabas tan confundido que te preguntabas quién eras en realidad?

El tenis era mi identidad, pero no era lo que hacía todos los días. Es decir, la mayor parte del tiempo soy más un padre, un esposo y un hijo. Ser tenista era una afición, y luego se convirtió en mi trabajo. Pero siempre he intentado no identificarme únicamente como jugador de tenis. Cuando me apartaban del tenis, seguía teniendo todas las demás cosas. Y creo que esa mentalidad ha sido uno de mis puntos fuertes a lo largo de mi carrera. Sabía que si el tenis se acababa mañana, como puede ocurrir con un accidente o lo que sea, tienes que ser capaz de vivir sin el juego.

Es algo que te dices a ti mismo mientras juegas, pero un día te despiertas y tienes que vivirlo de verdad.

Creo que ha sido bastante sencillo sumergirse en la vida de retirado. De hecho, no tengo suficiente tiempo al día. Me encanta estar rodeado de gente y amigos, soy muy sociable. Así que creo que siempre me ha ayudado que no me siento solo en una habitación. Creo que desde que me retiré he tenido dos tardes en las que he estado solo en casa porque los niños estaban en el colegio o haciendo algo y mi esposa está trabajando en otros proyectos y ahí estoy en casa, pensando: “Ok, ¿ahora qué hago? No lo sé”. Es bastante incómodo. Así que prefiero no tener esos momentos.

¿Sientes que el retiro ha cambiado tu relación con el tiempo?
“Estoy contento de no haber tenido un declive al final”.Lachlan Bailey

Buena pregunta. Siento que... ¿qué siento? Siento que los minutos importan más ahora que antes. No sé si también es cosa de la edad, a medida que envejeces sientes que el tiempo se te escapa y que aún tienes mucho que lograr, mucho que hacer.

No siempre te ha interesado la moda. ¿Qué te llevó a este universo?

Los viajes, sin duda. Mi esposa, Mirka, es tres años mayor que yo y siempre ha sido muy sofisticada y le gustan mucho los autos, los relojes y la moda. Esas han sido sus aficiones. Y siempre ha sido muy extrovertida, visita muchos lugares, y creo que me inspiró mucho para ir también a museos, conocer gente, ser más extrovertido, ser más fuerte socialmente. Empezamos a salir cuando yo tenía 18 años, nos conocimos en los Juegos Olímpicos de Sydney, en 2000. Y creo que eso fue lo que me introdujo en el mundo de la moda. Cuando vas a todas esas ciudades diferentes, lo siento mucho, pero no puedes llevar jeans y tenis de correr y, no sé, una camiseta oversized todos los días [no es casualidad que Roger Federer sea uno de los tenistas con más estilo en la historia del tenis]. Y luego, a medida que me fui convirtiendo en un tenista más exitoso, asistía a red carpets. Así que necesitas un traje y no puedes llevar siempre la misma corbata.

También estás trabajando en un documental sobre ti y tus últimos días de carrera como jugador. ¿Por qué decidiste hacerlo?

Bueno, para ser sincero, no lo hice. No sé cómo explicarlo. Era algo que no quería hacer. Es como escribir un libro. No quería escribir un libro. Simplemente no estaba listo para escribir mi historia. Así que nunca fue [mi] idea. Luego, cuando se acercaba el final, y una vez fijada la Laver Cup, la cuestión era: Bueno, ¿queremos tener algo documentado? Quizá era más para contar mi propia historia, para mis hijos, para mis amigos y entrenadores y mi equipo. ¿Qué tal si filmamos algo espontáneo? Así al menos tendríamos algo, porque casi no tenemos behind the scenes de mi vida porque nunca quiero a nadie cerca. Así que vinieron y pensé: “Bueno, probablemente desearás ver el antes, el durante y el después [del partido]”. Y entonces Joe Sabia me dijo: “Oye, tengo tanto metraje y es tan increíble que sería un desperdicio no compartirlo. ¿Puedo proponerte hacer un documental de una hora?”. Y le dije: “Ok, vale, pero ese no es el punto de estas grabaciones. Pero sí, dale, muéstramelo”. Y es superemotivo, difícil de ver. Así que lo vi con Mirka y Tony [Godsick, agente de Federer] y estábamos como, “Oh, Dios mío, wow”. Lo siguiente que recuerdo es una hora y media de los últimos 12 días de mi vida. Vi una proyección el otro día, fue duro. Lloré como seis veces.

¿Por qué lloraste?
“Creo que, sentimentalmente, yo era probablemente el favorito de muchos por mi tipo juego”.Lachlan Bailey
“Siento que exprimí el limón. Intenté con todo lo que tenía. Y estoy tan en paz”.Lachlan Bailey

Creo que hay muchos momentos en los que sientes ese sufrimiento del que hablaba. Ves que se acerca el final y hay un punto final, pero es hermoso. Sin embargo, también es duro de atravesarlo emocionalmente. Me pregunto cómo lo verá el espectador. Creo que tal vez sea muy bonito, y para muchos atletas tal vez sea bueno ver cómo me retiré.

Cuando dices “sufrimiento”, te refieres a sufrimiento mental y no físico, ¿cierto?

Por supuesto, hablamos mentalmente, solo emocionalmente. Te atraviesa el cuerpo, literalmente. Es como una experiencia de todo el cuerpo.

¿Habías experimentado alguna sensación así antes?

En partidos de Grand Slam. Lo único que se le acerca fue quizás cuando perdí en Wimbledon [en 2021], mi último partido contra [Hubert] Hurkacz, en sets corridos. Seis a cero en el tercero. Literalmente salí de la pista y mi rodilla estaba tan mal que ya no podía jugar bien. Sabía que tal vez sería mi último Wimbledon. Intenté prepararme para la rueda de prensa para ver, “Vale, ¿qué podrían preguntarme? Tiene que ser sobre la rodilla”, y mi mente daba vueltas y tenía fuegos artificiales en mi cabeza y era literalmente como, “Oh, Dios mío, acabo de perder en Wimbledon. [Pero] lo intenté todo. Eso fue lo máximo que podía haber hecho. En realidad, jugué muy bien teniendo en cuenta que llegué muy lejos”, pensé. Toda esa fue una experiencia extracorporal porque todo sucedió de una forma que no pensé que fuera a suceder o que no debería suceder. Como el partido seis a seis en el tercero, la rueda de prensa, las sensaciones que tenía, el miedo, la ansiedad, todo. Quiero decir que fue duro. Así que tal vez eso se acerque un poco, de un modo diferente, a mi retiro.

¿Extrañas el tenis?

La verdad es que no.

¿Estás siendo sincero realmente?

Sí, me lo preguntan mucho, y no lo extraño. De verdad que no. Me siento en paz. Creo que también es porque sé que mi rodilla, mi cuerpo y mi mente no me permiten estar ahí fuera. [...] Sí, de acuerdo, quizás podría hacerlo ahora mismo, pero siento que exprimí todo el limón. Intenté con todo lo que tenía. Y estoy tan en paz. Me encanta jugar tenis cuando lo hago con mis hijos. Acabo de reservar una cancha con mi esposa por primera vez en mi vida […] Esto fue hace como un mes, o dos meses, y fuimos a jugar al lado de mis hijos, que estaban tomando una clase, y fue muy divertido. Me encanta jugar tenis y siempre he pensado: ¿Cómo será ese momento en el que me retire y vuelva a una cancha de tenis y no tenga que mejorar? ¿A quién le importa si fallo un golpe de derecha? ¿A quién le importa si juego mejor o no?

¿Aún eres capaz de invocar la grandeza de vez en cuando?
“Estoy orgulloso y feliz de lo que he conseguido”.Lachlan Bailey
“Siento que los minutos importan más ahora que antes”.Lachlan Bailey

Sí. De hecho, es muy gracioso. Hace un par de días estuve en Stanford para ver jugar al equipo de tenis, porque el hijo de Tony es estudiante de primer año en Stanford. Y les vi haciendo algo y le dije al hijo de Tony: “Mira, en la devolución de derecha, creo que deberías hacer esto”.Y se lo expliqué rápidamente, tomé una raqueta, iba vestido con chaqueta varsity, jeans y jersey y de pronto estoy marcando devoluciones de derecha, y simplemente está ahí. No desaparece. Es como andar en bicicleta. Y luego hicimos otro ejercicio y trataba de explicar cómo hay diferentes versiones de derechas: está el loopy, el rápido, el angulado, lo que sea. Y cada una que golpeé fue perfecta. Y yo únicamente pensaba, “Dios mío, la magia todavía está ahí”.

¿Sigues viendo tenis?

Veo los momentos destacados. Me cuesta ver un partido completo porque estoy demasiado ocupado con los niños y corriendo. Quizá vi un partido completo el año pasado. Pero aparte de eso, veo lo más relevante y reviso los resultados todos los días. La verdad es que me sorprende. Creí que iba a dejarlo por completo y que no me importaría tanto, pero supongo que todavía conozco a demasiados jugadores y quiero ver cómo les va.

Cada vez que Nadal o Djokovic ganan, la gente piensa en ti, por tu larga rivalidad con ambos jugadores y por la curiosidad de saber cómo acabará cada uno en relación con el otro hablando de historia. ¿Piensas en ti mismo cuando ellos juegan? ¿Prestas atención a algo en específico?

Obviamente estás al tanto cuando están en la final o te enteras cuando Rafa gana o estás al tanto cuando Novak [Djokovic] rompe otro récord. Todo está bien, ¿sabes? Pero no voy a dejar de lado mi agenda […] Pero obviamente los he seguido y me encanta ver que, sobre todo Novak, va viento en popa. Sigue adelante. Y Rafa, obviamente, me sentí triste por él, porque no ha podido jugar tanto como le gustaría hacerlo. Espero que pueda hacer lo que quiere hacer en verano, porque aunque tengo un buen presentimiento, y sé que se retiró de Indian Wells y Doha y todas esas cosas, todavía tengo muchas esperanzas en que pueda volver a subirse al tren y domarlo.

Son tipos con los que has compartido cancha durante años. Y entonces enciendes el televisor y ellos siguen en la cancha y tú no. ¿Tiene nombre esa sensación? ¿Cómo se siente?

Se siente bien. Cuando me retiré en Londres, en la rueda de prensa junto a Andy [Murray], Novak, Rafa y [Björn] Borg y todos los que estaban allí, dije: “Es justo que yo sea el primero en irme”. Tuve el momento sin ellos en la gira y ahora es su momento de tener un momento en la gira sin mí. Así que me habría sentido mal si Murray, que casi se retira por su cadera, o Rafa por sus rodillas, no supiéramos cuánto tiempo iba a jugar. Así que estoy contento de haber sido el primero en irme. Y en realidad deseo que puedan seguir tanto tiempo como yo.

¿El competidor que llevas dentro también se siente así?

Ese ya no está.

“Sabía que si el tenis se acababa mañana, como puede ocurrir con un accidente o lo que sea, tienes que ser capaz de vivir contigo mismo sin el juego”.Lachlan Bailey
¿De verdad?

Sí, totalmente. Completamente. Porque estoy orgulloso y feliz de lo que he conseguido; y nunca olvidaré cuando rompí el récord de Sampras, él se mostró genial al respecto. O tan genial como se puede ser. Nunca lo olvidaré. Y creo que también adoptas un papel diferente cuando te retiras. Acabas estando muy, no sé, contento en tu posición, y también apoyas al tenis en su conjunto. Si se consiguen cosas, lo veo bajo un ángulo: “Ok, bien, estamos compitiendo no dentro de la esfera del tenis, sino que en realidad estamos compitiendo en la esfera del deporte, poniendo el tenis en el mapa a mayor escala”. Estamos luchando por la atención contra Netflix o Amazon, o lo que sea.

¿Hay algún jugador joven que veas ahora y pienses que quizá pueda llegar a ganar tantas cosas como tú?

No me gusta presionar a estos jugadores porque, sinceramente, ganar 20 [Grands Slams] no es algo que Rafa, Novak o yo hayamos aspirado. Por supuesto, hay jugadores que crees que van a ganar varios Slams. Alguien tiene que ganar estos torneos y, naturalmente, los van a ganar bien y lo van a hacer a la perfección y van a ser los que lleven el juego y se conviertan en las superestrellas de nuestro deporte, cosa que algunos ya están anunciando que van a hacer: [Carlos] Alcaraz, [Jannik] Sinner, etcétera.

Y ahora mismo también hay mucho interés por ver quién será el próximo. Así que creo que los siguientes dos o tres años nos darán una buena idea, porque supongo que ahora mismo hay buenos jugadores de tenis, pero todavía están recalibrando su juego para entender [cómo ganarles a los mejores del negocio en su propio terreno de juego].

A estas alturas, estás muy familiarizado con la forma en que la gente describe tu forma de jugar tenis: “maravillosa”, “sin esfuerzo”, etcétera. Por un lado, es un cumplido. Por el otro, tengo curiosidad por saber qué opinas de que se recuerde así tu juego.

Hoy me lo tomo como un gran cumplido. Cuando jugaba, me costaba un poco más porque sentía que entonces no verían al luchador y al ganador que yo esperaba ser.

Porque si no eres un luchador, si no puedes esforzarte, no puedes lograr lo que yo logré sin esfuerzo. Creo que cuando has trabajado increíblemente duro, solo entonces puedes hacer que parezca que no te cuesta trabajo. Así que siempre luché, especialmente al principio, con la idea de..: ¿No ven la pasión, la lucha y todo lo que he puesto en ello? Porque cuando ganaba decían cosas como “Oh, es tan fácil”. Y cuando perdía, optaban por “Ojalá lo hubiera intentado un poco más”. Y eso al principio fue muy, muy difícil de aceptar y muy complejo para mí. Fue un poco como un juego mental entonces. Y creo que al final me sentí muy cómodo en mi piel y supe que me lo estaba jugando todo. Y por eso, cuando perdía un partido, podía, literalmente, cinco minutos después de que el partido había terminado, [pensar:] “No hay problema. Di todo lo que tenía, y seguimos adelante”.

¿Crees que la percepción de que jugabas sin esforzarte era producto de tu estilo o algo intencionado?
“No sé si también es cosa de la edad, a medida que envejeces sientes que el tiempo se te escapa y que aún tienes mucho que lograr, mucho que hacer”.Lachlan Bailey

Creo que jugar sin esfuerzo, si eres capaz de estar tal vez relajado, o eres capaz de relajarte mientras te mueves, o justo cuando acaba el punto, eres capaz de encontrar una sensación de casi tranquilidad. Creo que lo hice de forma natural porque pensé: “Eso me va a dar energía extra hacia el final de un partido o de un torneo, o podría jugar unos años más”. Así que lo hice porque pensé: “Si estoy realmente tenso todo el tiempo, estaré agotado en poco tiempo”. Por eso, cuando veo a otros jugadores que son muy intensos, pienso: “Dios mío”. Realmente lo respeto porque yo no podría ser así.

¿Puedo confesarte algo? Tú y yo tenemos más o menos la misma edad, soy aficionado al tenis y siempre te he visto jugar, pero creo que te apoyé más en la segunda mitad de tu carrera, cuando la humanidad y la posibilidad de que perdieras eran más evidentes. ¿Tiene sentido?

Totalmente. Supongo que no fui realmente consciente de ello hasta 2008. O quizá hubo un momento en el que, creo que en 2005, cuando perdí contra [Marat] Safin en el Abierto de Australia, dije: “He creado un monstruo”. Cuando perdía un set, la gente decía: “Dios mío, Roger ha perdido un set”. O si perdía en semifinales con punto de partido contra Safin la gente estaba en shock. ¿Puedes creerlo? [...] Es normal perder contra un jugador increíble.

Así que creo que en 2008, cuando perdí contra Rafa [en Wimbledon, en lo que muchos consideran el mejor partido de tenis de todos los tiempos], fue un momento muy particular, porque obviamente quedé destrozado tras perder ese encuentro. Pero luego llegué a Estados Unidos un mes después y la gente seguía hablando de ello.

Y creo que el lado más humano comenzó a salir probablemente porque cuando pierdes, la gente puede relacionarse un poco más porque todos perdemos en la vida, y antes de eso yo había estado ganando durante mucho tiempo. Luego, por supuesto, nacieron los niños, te conviertes en padre, y entonces creo que es aún más cercano. Y después, como has dicho, creo que la gente empezó a conocerme de verdad porque llevaba mucho tiempo de gira. Creo que por eso recibí mucho apoyo emocional de muchos fans.

¿Notabas que el público gravitaba más hacia ti a medida que perder se convertía en una posibilidad?

Creo que hay algo en mi juego que tiene mucha resonancia entre la gente. Sienten que si vienen a verme jugar va a ocurrir algo especial. Juego de una forma diferente. Quizá yo también fui el puente entre la vieja generación, el revés a una mano, sin esfuerzo, como todo el mundo solía jugar a finales de los 90, y el nuevo juego potente, superefusivo y gruñón, y yo seguía siendo el tipo de la vieja escuela. Así que creo que, sentimentalmente, yo era probablemente el favorito de muchos por mi tipo juego.

Has mencionado a tus hijos: tienes dos gemelos de nueve años y dos gemelas de catorce. ¿Juegan tenis ‘de verdad’?

No en serio, pero les hacemos jugar.

“Ser tenista era mi afición, y luego se convirtió en mi trabajo. Pero siempre he intentado no identificarme únicamente como tenista”.Lachlan Bailey
¿De verdad?

Porque no quiero que mis hijos sean los únicos de mi círculo que no jueguen. Y obviamente vivo en un círculo de tenistas, y si no, ellos son los únicos niños que no juegan porque todos los demás niños juegan tenis y esta es su pasión. Así que por eso les dije a las chicas, que al principio no estaban superenamoradas [del deporte]: “Chicas, tienen que jugar un poco”. Así que ahora juegan los cuatro.

Según entiendo, tus padres no te obligaron a jugar tenis. Fue tu elección. ¿Eres capaz de criar a tus hijos de la misma manera?

He intentado ser más el Game Master que el entrenador, y les he dicho que no soy el entrenador. Y si puedo ser de ayuda, estupendo. Y si no me quieren ahí fuera, tampoco pasa nada. Pero a veces no puedo controlarme, como en Stanford. Entro y digo: “Déjenme enseñarles rápidamente algo fundamental”.

¿Tus hijos entienden cómo te considera el resto del mundo o lo que has conseguido?

Bueno, ahora mucho más que antes. Cuando eran más pequeños, sobre todo las niñas, no les hablaba de mi clasificación ni de mis éxitos, ni siquiera cuando era la número uno. ¿Qué tan bueno es Stan? —Me preguntaban— Obviamente es increíble. Es un jugador legendario y es fantástico —respondía— ¿Y Rafa? —continuaban ellos— Sí, él también, es superbueno — les decía—. ¿Qué hay de ti? —preguntaban luego— Quiero decir, estoy bien —decía—. Realmente le quitaba importancia.

Pero ahora, obviamente, no puedo hacer eso a veces más porque sus amigos se acercan y dicen cosas como, “Oh, tu padre hizo esto, o esto, ¿sabías que…?” Y a veces también me lo preguntan. Y ahora puedo ser más abierto y honesto sobre mis logros o mis experiencias. Y lo uso más como una historia o una experiencia para compartirla con ellos.

Creo que siempre está bien documentado: el ascenso, el deseo de ser grande y luego la cima. Pero hay muchas menos palabras para lo que ocurre después. ¿Cómo describirías lo que estás viviendo ahora?

Estoy contento de no haber tenido un declive al final. El declive vino por las lesiones, si quieres. Yo no lo llamo declive, son únicamente las luchas, supongo. Pero ahora soy feliz. Es una vida totalmente diferente. Es como cuando estaba en rehabilitación, por ejemplo. Me gustaba la rehabilitación porque era algo nuevo en mi vida. Era un nuevo reto. Es literalmente un paso a la vez o un movimiento a la vez. Y lo mismo ocurre ahora con la vida. Es decir: un nuevo espacio, navegando por esta nueva vida, con nuevos proyectos, con mis hijos especialmente. Y me gusta este tiempo. Aunque el año pasado dije en una entrevista que nunca había estado tan estresado. Pero esto no se debía al retiro. Se trataba de cuidar de mis hijos junto con mi esposa e intentar ayudarles a ir a la escuela y todas las exigencias. Y te preocupas tanto como padre, que casi, no quiero decir que lo desee demasiado. En absoluto. Siento que soy un tipo superrelajado. Pero me despertaría y diría, vale: tengo que estar ahí. Tengo que ayudarles.

La paternidad es una forma diferente de estrés, ¿verdad? La presión del Grand Slam, seguro, pero tuviste 20 años de eso.

Exactamente. Y no es que haya sido padre de niños de 14 o 9 años antes. Cada día es la primera vez para mí.

Esta entrevista ha sido editada y condensada.