Hábitos Saludables

La dieta y rutina de Stephen Curry que lo llevó a la élite de la NBA

El mejor tirador de todos los tiempos no solo se levanta de la cama y encesta canastas. Tiene una rutina clara que le ha permitido prosperar 16 años.
Stephen Curry con uniforme de basquetbol con un marco de comida saludable
Stephen Curry refuerza su técnica de juego con una buena alimentación y hábitos específicos.Getty Images/Kelsey Niziolek; Ilustración: GQ

Cuando los Golden State Warriors ficharon a Stephen Curry en 2009, la crítica al tirador de la pequeña universidad de Davidson destacaba que era, básicamente, pequeño. El chico delgado con un increíble tiro al saltar era un gran proyecto para los Warriors, que entonces estaban en reconstrucción. Obtuvieron un buen retorno de la inversión. Dieciséis años después, Curry es 11 veces All-Star, cuatro veces campeón de la NBA y dos veces Jugador Más Valioso, y ha cambiado literalmente la forma de jugar al basquetbol. Esto quedó más claro que nunca durante los Juegos Olímpicos, cuando Curry se lanzó por la medalla de oro para el equipo de Estados Unidos con una racha de triples de la que solo él es capaz.

En una conversación reciente, Curry reflexionó sobre sus hazañas tanto en la NBA como a nivel internacional y reconoció que probablemente no se habría convertido en el jugador que ha marcado una época sin haber hecho algunos cambios drásticos en su rutina de salud durante la primera parte de su carrera. La hidratación ha sido clave para Curry, lo que le llevó a PLEZi Nutrition, que cofundó nada menos que con Michelle Obama. Con la mitad de azúcar, el doble de electrolitos y siete veces más potasio, pretende ser una versión más sana de la clásica bebida deportiva que todos solíamos llevar a los entrenamientos de basquetbol.

“Queríamos aportar un enfoque consciente y centrado en la salud a lo que las nuevas generaciones se meten en el cuerpo”, señala Curry. “Para mí, PLEZi Hydration siempre mantiene el espíritu de intentar llevar el juego –y el mundo– a un lugar mejor”. “Aparatos y gadgets”, terapias new age y una sana relación con las papas fritas han creado, junto con la hidratación, al hombre que se ve hoy en la cancha, el que actualmente tiene a los Warriors en punto de ebullición al entrar en el último mes de la temporada. Hablando de sus hábitos de salud y entrenamiento físico, el jugador Stephen Curry nos habla de su rutina en los partidos, pide a gritos waffles y nos recuerda que una megaestrella de la NBA le dio una bienvenida brusca a la liga.

Stephen Curry es una leyenda viva de la NBA.

Kavin Mistry/Getty Images
Jugar 16 años en la NBA es un logro en sí mismo. ¿Qué crees que te ha permitido jugar tanto tiempo?

Bueno, obviamente fui bendecido con el talento que Dios me dio para tener un conjunto de habilidades que, con mi tamaño y estatura, me permiten separarme un poco [del resto]. Pero creo que, desde el punto de vista corporal y mental, ha sido una situación de adaptación tanto de la rutina como del enfoque para optimizar. Sigo haciéndome preguntas sobre nuevas tecnologías, nuevos enfoques. Mi rutina es totalmente distinta a la que tenía a mitad de mi carrera, sobre todo en comparación con mis dos o tres primeros años. Pero en gran parte se trata de maximizar las horas de sueño y comprender la nutrición. Los hábitos son importantes, el momento de comer, cuándo comer, cómo comer.

Hay muchas formas de recuperación, ya sean dispositivos o las herramientas estándar que todo el mundo conoce, pero tienes que comprometerte. Métete en la tina de agua fría cada vez que puedas, usa mangas de compresión para activar la circulación de las piernas, la sauna. Cuando hablo de maximizar las horas de sueño, empleo la tecnología de ondas sonoras, que se ha hecho muy popular hoy en día, solo para darme un empujón en lo que se refiere a la calidad del sueño, todo ese tipo de material para asegurarte de que estás marcando esas casillas tanto como sea posible. ¡Incluso cuando te sientes bien! Esa es la cuestión, no puedes esperar a sentirte fatal e intentar lograrlo. Tienes que asegurarte de que sea un hábito diario natural. Intento rediseñar eso cada año al entrar en la temporada y saber qué quiero conseguir con ello.

¿Hay algún momento de tu carrera en el que hayas sentido que todo esto cobraba sentido? ¿En el que reimaginaste todos tus hábitos y tu rutina?

Yo diría que cuando cumplí 30 años. Sé que todo el mundo habla de diferentes parteaguas que te obligan a plantearte las cosas de forma diferente. Había oído a muchos veteranos que hablaban de “Oh, cuando te lesionas después de los 30 es mucho más difícil recuperarse de una lesión, o tu depósito natural de energía es cada vez más bajo después de los 30”. Así que los 30 años siempre se sintieron raros, aunque en la vida [en general] se es joven, en el basquetbol se empieza a ser viejo muy rápido. Ese fue un parteguas en el que empiezas a pensar en tu rutina, y no puedes escatimar esfuerzos y esperar rendir. Luego me rompí la mano en 2019 y estuve prácticamente toda la temporada sin jugar. Fue el momento de hacer una especie de reset y desarrollar algo de fuerza y acondicionamiento para mi propio trabajo de base. Me dio un poco de espacio para averiguar, cuando volví de esa lesión, el plan que iba a seguir para maximizar este próximo tramo de mi carrera.

Han sido tres años muy buenos. Obviamente, ganamos un campeonato en el 22, pero incluso las Olimpiadas del verano pasado –ese nivel al que sigo intentando jugar– han dado resultado. Ha habido pequeños cambios desde entonces, pero ésa fue la primera vez que de verdad tuve esa conversación [conmigo mismo] sobre cómo puedo maximizar cada temporada baja, temporada alta, día de partido, día sin partido, como tener un plan para cada circunstancia en la que me encuentre.

Cuando eras pequeño, estabas muy vinculado a la NBA porque tu padre era parte de la liga. ¿Has tenido conversaciones con él sobre este tema y lo diferente que es de los noventa? Me encantaría oír su opinión sobre las mangas de compresión y la terapia de ondas sonoras

Sí, hemos tenido todas esas conversaciones. Recuerdo buena parte de los últimos cuatro años de su carrera. Tuvo muchos espasmos en la espalda hacia el final. Es curioso, este es mi decimosexto año, y él jugó 16 años en la liga. En cuanto a lo que mencionas, la diferencia en la rutina diaria de cuando voy a entrenar es que estás en la sala de pesas, estás en la cancha, y luego tienes una lista de cinco o seis actividades que tienes que hacer. La cantidad de personal y recursos de los que disponemos en comparación con cuando él jugaba, incluso en 2002, es como la noche y el día.

El pequeño Stephen Curry sentado en el regazo de su padre en el Concurso de Triples de la NBA de 1992.

Andrew D. Bernstein/Getty Images

Es una especie de enfoque colectivo de la liga en el que ninguna idea es demasiado descabellada. He visto a gente dormir en cámaras hiperbáricas. He visto a gente entrenar en salas de gran altitud. He visto chicos llevar todos estos dispositivos diferentes, terapia de luz roja. Hay innumerables cosas que la gente está probando. Es solo una cuestión de lo que aparece y lo que encuentras más beneficioso. Cuando me voy de viaje por carretera y [mi padre] me ve salir de casa, y la cantidad de bolsas que llevo, es cuando empieza a reírse. Son un montón de aparatos y gadgets con los que intento mantenerme en la cancha el mayor tiempo posible.

¿Cuál es la rutina de Stephen Curry el día del partido? Si el partido es a las 19:00 horas, ¿qué haces a lo largo del día para prepararte?

Espero dormir al menos ocho horas, y a cualquier hora que me levante, intento tomar un poco de luz solar natural, salir, respirar aire fresco. Hay muchos estudios científicos sobre la necesidad de tomar el sol durante la primera hora del día. Intento comer también en la primera hora [del día]. Luego suelo hacer algún tipo de estiramiento para la movilidad o ejercicio básico por la mañana, si no tenemos sesión de entrenamiento. A veces tenemos sesión de entrenamiento, y tengo que entrar y estar en la cancha entre 45 minutos y una hora preparando el partido. Esa es la parte del día.

Pero si no [tengo sesión de entrenamiento], estoy en la sala de pesas haciendo algo para preparar mi cuerpo, no para agotarlo, sino para alistarlo y rendir [bien] más tarde. Suelo echarme una siesta antes del partido, al menos una hora, entre una y tres horas. Una siesta de tres horas, quizá te sientas un poco lento si te pasas de ese tiempo. Intento mantenerme hidratado todo el día, llegar al partido sobre las 4:30 y empezar a prepararme, me someto a un tratamiento, me activo, salgo [a la cancha] y lanzo unos tiros. Luego me vendo y me preparo para el partido.

¿Cómo es tu alimentación? ¿Eres de los que tienen que comer siempre lo mismo antes del partido?

Siempre desayuno lo mismo. Alguna preparación de huevo, como omelet o revuelto, algo con carne para desayuno y espinacas. Tomo un bol de yogurt, granola y una mezcla de bayas. Ingiero un batido de proteínas y, si me siento con ganas, me como medio waffle o algo así para recargarme un poco de carbohidratos.

La comida previa al partido puede variar. Es algún tipo de proteína, ya sea pescado o pollo. No suelo comer mucha carne roja. Luego, pasta o arroz y verduras, algo sencillo. Soy una persona de costumbres, y también un poco supersticioso. Si como algo y tengo un buen partido, probablemente verán esa misma comida en mi plato el próximo juego.

Alguna vez entrevistamos a Jrue Holiday, que me parece que pertenece a tu misma generación, ¿verdad?

Sí, es mi hermano del 2009.

Nos contó que solía comer dedos de pollo antes de los partidos

Todos lo hacíamos. [Se ríe]

¿Cómo era tu rutina entonces?

Todos pasamos por esos momentos en los que era fácil y cómodo ir por unos dedos de pollo. Sinceramente, no nos pasaba nada. Nuestra digestión era estupenda. [Teníamos] energía, no te sentías pesado. Yo solía comer papas fritas. Ése es mi gusto culposo.

Tal vez uno de cada cinco partidos o algo así, [en] esa comida que te comenté que como antes del partido, añadía una pequeña porción de papas fritas solo para sentirme un ser humano y divertirme un poco. Todo con moderación. Así que sí, todos hemos tenido nuestros días de hábitos alimenticios repugnantes que, si los haces ahora, serías una basura de ti mismo.

Stephen Curry cuida su cuerpo con disciplina y buenos hábitos.

Ezra Shaw/Getty Images
¿Te concedes un pequeño espacio después de la temporada para dejarte llevar?

Hay una periodo de dos semanas cuando termino, justo después de la temporada, donde sí, literalmente no hay reglas. Lo que quieras. Puedo comer pizza todos los días. Soy muy goloso, así que los dulces son mi criptonita. Definitivamente hay un espacio. Porque tienes que saber lo que se siente al no ser disciplinado, y luego apreciar cuando lo eres. Al menos esa es la historia que me cuento a mí mismo.

Mi pregunta favorita a los jugadores de la NBA es: ¿quién fue el primer jugador contra el que jugaste que te hizo darte cuenta de que tenías que tomarte más en serio tu condición física?

[El jugador] Kobe Bryant, sin duda. En mi año de novato, jugábamos un partido de pretemporada contra los Lakers en el Forum. No jugué en el primer cuarto. Entré en el segundo cuarto y me pusieron con él. Me estaba colocando, pidiendo el balón, y normalmente tenía un truco que consistía en mantenerse en el lado en el que estaba. En esta ocasión, levantó la mano izquierda para pedir el balón, y con la derecha me agarró literalmente de la rodilla y no me dejó que pasar para rechazar el balón.

Literalmente, no podía moverme. Simplemente me tenía. Con una sola mano controlaba mis 80 kilos. Fue una experiencia muy humillante saber que estaba haciendo todo lo posible para salir de ese bloqueo mortal y que no tenía ninguna posibilidad. Agarró la pelota, con un hombro en mi pecho, y todo el aire salió. Un pequeño fade away con el hombro izquierdo y lo consiguió. Ese fue mi “Muy bien, probablemente debería pensar en ganar algo de peso”.


GQ habla con atletas, famosos y otros deportistas de alto rendimiento sobre su dieta, rutinas de ejercicio y búsqueda del bienestar. Ten en cuenta que lo que funciona para ellos no tiene por qué ser necesariamente saludable para ti.