
Los 17 tenistas con más estilo en la historia
El tenis es un deporte que combina rendimiento, prestigio y, por supuesto, mucho estilo.
Elegir a los mejores tenistas de la historia puede ser una tarea muy complicada, sin embargo, cuando se trata de seleccionar a los tenistas con más estilo, el desafío se vuelve un tanto menos caótico (bueno, eso queremos creer).
Desde el incuestionable legado a la moda mundial de figuras del deporte blanco como René Lacoste y Fred Perry, hasta el inolvidable estilo desenfado en la cancha de exjugadores como el sueco Björn Borg y el estadounidense André Agassi, y claro, sin perder de vista al legendario tenista que se ha convertido en un referente de moda para muchos: el suizo Roger Federer, nos hemos dado a la tarea de escarbar en los archivos de la pelota amarilla para elaborar una selección (no necesariamente subjetiva y completa) de los tenistas con más estilo de todos los tiempos.
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René Lacoste
Lacoste, para el gran público, son los años 20 y 30, los Mosqueteros, la Copa Davis y la famosa marca del cocodrilo. Para los conocedores, también es el inventor de la máquina para lanzar pelotas de tenis, de la raqueta metálica y, sobre todo, un jugador con una elegancia reconocida por todos, con pantalones ligeramente cortos, cinturón a juego con los zapatos y una boina en la cabeza. Inolvidable René Lacoste.
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Bunny Austin
Nacido en 1906, el inglés simplemente revolucionó el código de vestimenta de los jugadores de tenis. En 1932, se presentó en el torneo de Forest Hills, en Estados Unidos, con pantalones cortos, mientras que todos los demás daban saques, derechas y reveses con pantalones, una prenda arraigada en la tradición del tenis.
¡Bunny Austin incluso se atrevió a presentarse vestido así frente a la reina Mary en Wimbledon en 1933! Impactante pero innovador. Aunque habría que esperar hasta principios de los años 40 para ver las pantorrillas de todos los jugadores.
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Fred Perry
Gracias a su doble papel como jugador de tenis y tenis de mesa, el inglés fue un competidor temible con un saque contundente, una volea casi perfecta y un juego técnico. Un arsenal que le permitió ganar los cuatro títulos de Grand Slam entre 1933 y 1936.
Preocupado por su apariencia y su futuro, lanzó una marca con su nombre a principios de los años 40, la cual tenía como logo una corona de laurel bordada en el lado del corazón. En las décadas de 1950 y 1960, la mayoría de los tenistas se vistieron con ropa de Fred Perry, mientras que en 1984 se erigió una estatua en Wimbledon para celebrar los 50 años de su primera victoria en Londres.
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Rod Laver
El australiano es el único jugador, junto con Donald Budge en 1938, en lograr el Grand Slam (victorias en el Abierto de Australia, Roland Garros, Wimbledon y el Abierto de Estados Unidos en el mismo año), en 1962 y 1969. Rod Laver tenía un estilo de juego increíble (velocidad, precisión, anticipación...) que inspiró a Pete Sampras y Roger Federer. Simplemente, una leyenda del juego.
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Stan Smith
“Algunos jóvenes piensan que soy un par de tenis, ¡otros piensan que soy quien los fabrica!”, y, sin embargo, Stan Smith es más bien un jugador de tenis de muy alta calidad.
Número 1 del mundo entre 1971 y 1973, este tenista estadounidense sin duda forma parte de los 30 mejores de todos los tiempos. Al igual que su bigote, tan sólido como su volea y los icónicos adidas Stan Smith.
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Adriano Panatta
El italiano es a Björn Borg lo que Robin Söderling es a Rafael Nadal: el único tenista que lo ha derrotado en Roland Garros. Eso sí, con dos diferencias: Panatta logró este hito dos veces (1973 y 1976) y también ganó el título en el Abierto de Francia en 1976.
Representativo de la elegancia italiana, jugaba de forma ofensiva, a diferencia de la mayoría de sus compatriotas, como Nicola Pietrangeli, por ejemplo, una figura icónica italiana de los años 60.
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Vitas Gerulaitis
En la década de 1970, el estadounidense destacaba por su despreocupación, su llamativa melena y su estilo de juego de saque y red. Desafortunadamente, el jugador tenía algunos vicios incompatibles con la práctica del tenis de alto nivel: cocaína, alcohol y mujeres, consumidos generosamente a lo largo de su carrera. Le gustaba llevar a John McEnroe, Guillermo Vilas e incluso a Björn Borg a sus salidas a Studio 54 y Xenon en Nueva York. ¿El mentor espiritual del ruso Marat Safin?
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Víctor Pecci
El paraguayo Víctor Pecci, nacido en 1955, tuvo la mala suerte de competir en la misma generación que Borg, Connors, Gerulaitis y otros como Vilas. Por lo tanto, le resultó difícil acumular un palmarés destacado. Sin embargo, dejó su huella en esa época con una elegancia singular.
Con su aspecto oscuro y su gran envergadura (1.93 metros y 85 kilogramos), combinado con su amplio repertorio de golpes (¡qué hermoso revés cortado!), integrado en un juego ofensivo, logró conquistar algunos títulos y cautivar a la audiencia femenina. Incluso fue mencionado por MC Solaar en su canción “Prose combat” en 1994.
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Björn Borg
Es imposible no mencionar a “Iceborg” en esta selección. El sueco revolucionó el tenis en la década de 1970. Más rápido, más inteligente, más completo, más fuerte mental y físicamente que sus adversarios, ganó títulos de Grand Slam como perlas (un total de 11).
Su estilo en la cancha con su famosa cinta sujetando su larga melena rubia y algunos innovadores polos y shorts a cuadros o rayas lo han convertido en una leyenda de la pequeña pelota amarilla.
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Yannick Noah
Yannick Noah, el último francés en ganar Roland Garros en 1983, y también el último en ganar un torneo de Grand Slam con una raqueta de madera, dejó una huella imborrable por su explosividad, sus espectaculares smashes, sus travesuras en la cancha y sus rastas.
Incluso con un revés débil, se mantuvo en la cima del tenis mundial durante varios años (miembro del Top 10 mundial entre 1983 y 1988, y nuevamente en 1990) gracias a su potente saque, un sólido golpe de derecha y una volea cortante. También popularizó para siempre el golpe entre las piernas en el US Open en 1983.
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Mikael Pernfors
En 1986, un año después de sus inicios como profesional, el sueco de 22 años hizo vibrar a Roland Garros. Tanto por sus resultados como por su aspecto.
Desconocido para muchos, se permitió el lujo de derrotar a Edberg, Becker y Leconte para llegar a la final (donde fue derrotado por Ivan Lendl), todo esto con un corte de pelo de cepillo, una sonrisa cautivadora, una relajación constante y un atuendo que combinaba un short ajustado y un polo de dos colores. Desafortunadamente, para Mikael Pernfors, esa primavera de 1986 prácticamente no tuvo continuidad por lo que nunca ganó un gran torneo.
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Miloslav Mečíř
El checoslovaco que después se nacionalizó eslovaco dejó una profunda huella en los años 1980. Delgado, alto (1.90 metros y 80 kilogramos) y a menudo con una ligera barba, desconcertaba a sus oponentes con una técnica de alta calidad, especialmente con un hermoso revés a dos manos. De hecho, Miloslav Mečíř era apodado “el Gato” por su habilidad diabólica.
Aunque no ganó ningún título de Grand Slam (perdió dos finales en Australia contra Ivan Lendl), siempre será recordado como el último jugador en disputar una final de Grand Slam con una raqueta de madera en 1986.
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Pat Cash
Nadie ha lucido tan bien el pañuelo a cuadros como Pat Cash. Este famoso accesorio de moda se hizo popular en todo el mundo tras el éxito del australiano en Wimbledon en 1987. Casi hizo olvidar la pureza del juego de este jugador de saque-volea de los años 80, ex número 4 del mundo y ganador de la Copa Davis en 1983 y 1986.
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Stefan Edberg
“Si Stefan Edberg siguiera jugando, le ganaría a Nadal siete veces de cada diez”. Esta frase, fechada en 2006, es de Guy Forget, el antiguo capitán del equipo francés de la Copa Davis, quien pensaba (¿equivocadamente?) que el juego de saque y volea de Edberg, tanto en el primer como en el segundo saque, habría sofocado al español.
Casi todos tendríamos tendencia a creerlo, dado que Edberg deslumbró en las canchas con su clase. Un revés a una mano espléndido, un enfoque de la red como una gaviota, una volea inigualable y una deportividad sin igual (de hecho, el premio al juego limpio de la ATP lleva su nombre). Solo un pequeño error de estilo de cabello a finales de los años 80 podría empañar el cuadro.
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André Agassi
Cuando llegó a la Court Central de Roland Garros en 1988, en su segunda participación, con su cabello largo y un cuestionable balayage, André Agassi parecía un extraterrestre. Con un espíritu provocador, regresaría a Porte d'Auteuil con unos shorts de mezclilla y polos de colores llamativos (naranja, rosa, violeta...) y una melena abundante. Después de retirarse, admitió que usaba peluca.
Con el paso de los años, Agassi se mostró más sobrio, más eficiente y con menos cabello. De hecho, ganó seis de sus ocho títulos de Grand Slam sin su famosa peluca, que “se rapó” en 1995.
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Gustavo Kuerten
No todo el mundo puede lucir elegante con Diadora, sin importar la época. El brasileño Gustavo Kuerten tenía ese don. También poseía algunos golpes divinos, como su revés cruzado y sus dejadas.
En 1997, desde el fondo del ranking mundial en el puesto 66, ganó su primer Roland Garros, vestido de amarillo y azul, con un bandana que le daba un ligero aire a Björn Borg. Su espesa cabellera y su encantadora sonrisa conquistaron a todos, ¡incluso a algunos argentinos!
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Roger Federer
Al principio, ningún observador del tenis mundial podía considerar al suizo como un jugador elegante. Con el cabello largo, una coleta, polos mal ajustados y un temperamento fuerte, aquel que se convertiría en el mejor jugador de todos los tiempos no era sinónimo de estilo.
A partir de 2005, Roger Federer (la cara de Rolex) corrigió su apariencia luciendo un corte de cabello más corto con algunos mechones sueltos, polos sobrios y ajustados, mostrando un juego impecable y en constante evolución. Incluso George Abitbol no es tan elegante como “Rodgeur”.
Artículo publicado originalmente en GQ Francia.